El Financiero

IMPULSORES Y RIESGOS DEL AUGE DE CRIPTOMONE­DAS

- HANNAH MURPHY

Los precios en rápido aumento de las criptomone­das están impulsando a los inversioni­stas hambriento­s de volatilida­d a examinar maneras de incorporar­se al mayor auge especulati­vo desde la fiebre puntocom.

Esta semana, en un período de 24 horas, bitcoin, la criptomone­da más conocida, rompió el hito de 10,000 dólares y siguió con impulso hacia los 11,500, habiendo alcanzado solamente los 2,000 dólares por primera vez a principios de año. ¿Qué son las criptomone­das? Conocidas también como criptodivi­sas, las criptomone­das son una creación del siglo XXI, una mezcla de activos digitales, enormes cantidades de poder de computació­n y una red de servidores en los que se almacenan datos compartido­s.

A diferencia del dinero cotidiano, las criptomone­das están descentral­izadas, lo cual significa que no son emitidas ni garantizad­as por un banco central y, por lo tanto, están fuera del alcance de los reguladore­s. Las monedas están protegidas contra la piratería mediante criptograf­ía, y se pueden convertir anónimamen­te en dinero real. Esto ha atraído a algunos elementos delictivos, un punto que han enfatizado los reguladore­s y los críticos.

Aparte de bitcoin, otras criptomone­das han aumentado dramáticam­ente este año, incluyendo ethereum, ripple, litecoin y dash. Todas tienen diferentes caracterís­ticas, las cuales permiten a los usuarios tratarlas de manera muy diferente. Eso, a su vez, parcialmen­te sustenta su atractivo y sus valoracion­es. Bitcoin se considera a sí misma como una alternativ­a a las divisas de un banco central; ethereum como “criptocomb­ustible” que no debe usarse como divisa; ripple es un software dirigido a los mercados financiero­s, tal como el mercado cambiario.

¿Por qué han repuntado los precios tan dramáticam­ente?

Debido a una mezcla de escasez, de entusiasmo y del miedo a per- der una oportunida­d, esto último un gran impulsor de tales manías inversioni­stas. Numerosos inversioni­stas provienen de China, utilizando las bolsas de valores japonesas.

Por ejemplo, sólo se puede crear un número finito de bitcoines: 21 millones. Ya hay 16.7 millones en circulació­n, según datos proporcion­ados por Chainalysi­s, lo cual lleva la capitaliza­ción de mercado de bitcoin a unos 167 mil millones de dólares. De los que están en circulació­n, alrededor del 37 por ciento se han gastado o comerciali­zado durante el último año, mientras que alrededor del 22 por ciento están en manos de “inversioni­stas estratégic­os”, y la mayoría del resto se ha perdido.

Al mismo tiempo, los entusiasta­s e incluso algunos fondos de cobertura han intentado invertir en proyectos de criptomone­das. Muchos han adoptado las llamadas ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés), un mecanismo de ILUSTRACIÓ­N: ISMAEL ANGELES recaudació­n de fondos que utiliza ethereum. “Una gran parte del valor potencial de ethereum es su papel como suministro de dinero para las ICO”, declaró Bank of America Merrill Lynch en una nota de investigac­ión este mes.

El aumento en el precio de bitcoin ha llevado a algunos de los mayores proveedore­s de infraestru­ctura de mercado del mundo a explorar maneras en que los clientes negocien en el mercado utilizando instrument­os de inversión más tradiciona­les, como futuros o contratos por diferencia (CFD, por sus siglas en inglés).

Las bolsas con sede en Chicago CME Group y CBOE Global Markets están buscando listar los futuros de bitcoin, una perspectiv­a que ha ayudado a darle legitimida­d al bitcoin y a estimular los recientes aumentos de precios.

Con un poco de fanfarria de marketing, las plataforma­s de apuestas de margen, o “spread betting”, y otras plataforma­s en línea han comenzado a ofrecer criptoderi­vados para permitir que los “apostadore­s” comercien en el mercado.

¿Cuáles son los riesgos asociados con bitcoin?

Conforme abundan las comparacio­nes con la tulipomaní­a —la burbuja holandesa de los tulipanes del siglo XVII — los reguladore­s nacionales les han advertido a los inversioni­stas de los peligros que rodean a un mercado que, hasta la fecha, no ha estado regulado, que es ilíquido y que ha sido propenso a grandes oscilacion­es de precio que limitan severament­e su uso como divisa para transaccio­nes.

“Los bitcoines están concentrad­os en muy pocas manos; quién posee un bitcoin no está claramente definido; la manipulaci­ón del mercado abunda; y si una transacció­n se resuelve o no es probabilís­tico en lugar de ser legalmente seguro y definitivo”, comentó Preston Byrne, el fundador de Monax, una compañía de software de cadena de bloques.

Unos precios más altos significan que los titulares de la moneda — ya sean bolsas, plataforma­s de negociació­n o los propios apostadore­s minoristas — representa­n un objetivo más lucrativo para los piratas informátic­os. IG Group, la plataforma de comercio en línea más grande del mundo, suspendió el lunes la negociació­n de algunos de sus derivados bitcoin, citando el creciente riesgo de seguridad asociado con la oferta de los productos.

Como todas las clases de activos, salir del mercado es un factor crucial. Algunas plataforma­s y bolsas incorporan el riesgo de una negociació­n a sus libros y les pagan a los clientes con sus propios fondos, hasta que puedan vender la moneda en el mercado. Si una fracción de los clientes vendiera, eso pudiera estresar a los intermedia­rios en el mercado, los cuales carecen de acceso al crédito en los bancos.

Y existen importante­s problemas reales. Por ejemplo, la “minería” de bitcoines este año ha consumido más energía que la electricid­ad promedio consumida anualmente por 159 naciones, según los especialis­tas en criptomone­das de Digiconomi­st.

Pero los críticos advierten que el bitcóin no puede usarse como un medio de intercambi­o o de depósito de valor, a la manera del dinero respaldado por un banco central.

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