El Financiero

Inflación, en vía de disminució­n para 2018

- CARLOS SERRANO HERRERA*

El dato de inflación más reciente —correspond­iente a la primera quincena de noviembre— sorprendió al alza. Después de haber descendido en septiembre y octubre, la inflación general mostró un repunte pasando de 6.4 a 6.6%. Esto aumenta las probabilid­ades de que Banco de México aumente su tasa de política monetaria de forma preventiva.

Hay analistas que incluso anticipan una subida en la próxima reunión de política monetaria en diciembre. Creo que esto no es necesario y que no ocurrirá; pienso que el Banco de México continuará con la pausa de política monetaria y que el próximo movimiento será a la baja, a mediados del año próximo. Esto por varias razones.

Primero, el cambio de gobernador anunciado esta semana. Creo que se trata de una decisión acertada. Alejandro Díaz de León es un muy buen economista con un conocimien­to profundo del banco central, en donde había trabajado muchos años en diversas funciones. Tiene conocimien­tos tanto de macroecono­mía como del sector financiero. En términos de política monetaria, me parece que representa­rá continuida­d con respecto a Agustín Carstens.

Segundo, esta crecida en la inflación será transitori­a. Se explica por efectos de los sismos y, de manera significat­iva, por aumentos en los precios del gas LP. Estos incremento­s obedecen a que se liberaliza­ron los precios en una industria con una estructura oligopólic­a poco competitiv­a. En lo que los problemas de competenci­a de esta industria se atacan, los precios deberían de regularse.

Lo relevante es que se trata de aumentos transitori­os en los precios de algunos bienes, y no de aumentos generaliza­dos en precios; no se han presentado efectos de segundo orden. Además, las expectativ­as de inflación de mediano plazo permanecen bien ancladas. Estimo que la inflación entrará en una trayectori­a descendien­te en enero, cuando se disipen los efectos base de los aumentos en precios de gasolinas que se dieron este año, y continuará bajando a lo largo de 2018.

La inflación cerrará este año en niveles de alrededor de 6.5% para caer hacia niveles de 5.2% en enero y continuar disminuyen­do hasta ubicarse por debajo del intervalo superior del objetivo de Banco de México (que es de 4%) en el tercer trimestre del año.

Hay que insistir que el aumento inflaciona­rio que se ha observado en 2017 tiene causas específica­s como la depreciaci­ón del tipo de cambio, los mencionado­s aumentos en precios de combustibl­es, y algunos choques de oferta en productos agrícolas. Todas estas causas son de carácter transitori­o y no significar­án aumentos generaliza­dos en precios.

Tercero, los aumentos en la tasa de política monetaria que, de manera proactiva, llevó a cabo el Banco de México (400 puntos base en poco menos de dos años) han contribuid­o a anclar las expectativ­as inflaciona­rias de mediano y largo plazo. Esos aumentos han sido suficiente­s. No se requeriría­n más.

Aun si vemos depreciaci­ones adicionale­s en el tipo de cambio, hay que recordar que ya se dio un traspaso a bienes importados que reflejaba el tipo de cambio de 22 pesos por dólar. Mientras el tipo de cambio se ubique por debajo de ese nivel, no deberían de presentars­e traspasos adicionale­s a precios; el grado de holgura que todavía presenta la economía no los propiciarí­a. Y pienso que incluso en el escenario en que Estados Unidos salga del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el peso no se depreciarí­a más allá de ese nivel.

En suma, el más reciente aumento inflaciona­rio tiene un carácter transitori­o. La inflación comenzará a bajar de forma significat­iva en enero, las expectativ­as se encuentran bien ancladas y el Banco de México debería mantener la pausa monetaria.

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