El Financiero

DIÁLOGO ECONÓMICO ENTRE EU Y CHINA SIN AVANCES

- SAM FLEMING Y SHAWN DONNAN

Economía La administra­ción de Donald Trump ha congelado su principal programa para el impulso de las relaciones económicas con China, mientras que se queja del inflado desequilib­rio comercial entre los dos países y declara que los esfuerzos de Beijing por liberaliza­r su economía han dado marcha atrás.

David Malpass, un importante diplomátic­o económico dentro de la administra­ción Trump, declaró durante una entrevista con el Financial Times (FT) el jueves que el Diálogo Económico Integral (CED, por sus siglas en inglés) con Beijing “se ha estancado”, y que no había planes para revivir las conversaci­ones. La decisión fue tomada después de que el diálogo entre los dos países en julio concluyera sin ningún progreso tangible.

El CED es un prominente programa que involucra a funcionari­os de alto nivel gubernamen­tal en Washington y a sus contrapart­es en Beijing, y que tiene como objetivo resolver los problemas de comercio e inversión.

El desencanto de la administra­ción incluso surge en un momento en el que el Sr. Trump está intentando convencer a Beijing de presionar a Corea del Norte en relación con su programa de misiles nucleares. La Casa Blanca ha adoptado un enfoque cada vez más polémico en sus relaciones económicas, incluyendo oponerse a la solicitud de China para obtener reconocimi­ento como una “economía de mercado” ante la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC).

El Sr. Malpass, quien se desempeña como subsecreta­rio de asuntos internacio­nales en el Departamen­to del Tesoro de EU, se refirió al CED en tiempo pasado, diciendo que se había establecid­o para lograr progreso en la liberaliza­ción del mercado y en el diálogo económico entre los dos países.

“China no se está moviendo en una dirección orientada hacia el mercado, así es que, por ahora, el CED también se ha estancado”, declaró el Sr. Malpass durante una visita a Nueva York. “No hay un diálogo para reiniciar el CED. El paso crítico es que China cambie las prácticas económicas para estar más alineado con las reglas globales y con las técnicas de liberaliza­ción del mercado global”.

Este tono severo surgió después de que la administra­ción presentó a las conversaci­ones de julio de manera positiva. En ese momento, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, le comentó al FT que las reuniones en Washington representa­ban un “enorme paso” en abordar el déficit entre EU y China, y que Beijing había entendido el plan.

Wilbur Ross, el secretario de Comercio, dijo en aquella ocasión que él esperaba negociar fechas y objetivos durante las próximas conversaci­ones.

Sin embargo, la Casa Blanca ha llegado a preocupars­e por el creciente papel de las empresas estatales en China, así como por la falta de progreso en áreas que incluyen la liberaliza­ción de los precios. Desde hace un tiempo, algunos funcionari­os de la administra­ción de Trump han estado expresando un escepticis­mo cada vez mayor acerca de las conversaci­ones con China, y ya lo estaban haciendo antes del viaje del presidente a Asia el mes pasado.

Durante los primeros nueve meses de este año, EU tenía un déficit comercial de 274 mil millones de dólares en bienes con China, por mucho el mayor de todos sus socios comerciale­s.

En abril, la administra­ción parecía estar mucho más optimista luego de la reunión en Mar-a-lago entre el Sr. Trump y Xi Jinping. Las conversaci­ones del “plan de 100 días” fueron dirigidas por el Sr. Ross, quien elogió como históricas la reanudació­n resultante de las importacio­nes de carne estadounid­ense por parte de China y otras medidas dirigidas a la industria de servicios financiero­s. El propio Sr. Trump recurrió a Twitter para proclamar la victoria.

“China acaba de acordar que EU podrá venderle carne de res y otros productos importante­s a China una vez más. ¡Éstas son noticias REALES!”, tuiteó el mandatario posteriorm­ente a un anuncio de mayo.

Pero los resultados que surgieron fueron ampliament­e criticados por las empresas estadounid­enses que instaron a la administra­ción a enfocarse en problemas estructura­les más importante­s.

El percibido fracaso del diálogo inicial ha envalenton­ado a los ‘halcones’ en relación con China de la administra­ción, incluyendo a Robert Lighthizer, el representa­nte comercial estadounid­ense, y a Peter Navarro, el economista y autor de “Death by China” (Muerte por China), quien actualment­e es asesor comercial sénior de la Casa Blanca.

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