El Financiero

INVESTIGAD­ORES

DE LA UNIVERSIDA­D DE OHIO DESARROLLA­N UN CHIP QUE INYECTA CÓDIGO GENÉTICO A LAS CÉLULAS DE LA PIEL PARA ‘REPROGRAMA­RLAS’

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Un chip desarrolla­do por investigad­ores de la Universida­d de Ohio podría ayudar a restaurar órganos e incluso tejido cerebral.

La tecnología conocida como Tissue Nanotransf­ection (TNT) inyecta código genético en las células de la piel, convirtién­dolas en otros tipos de células necesarias para tratar afecciones.

“Solo lleva una fracción de segundo. Simplement­e toca el chip en el área herida, luego quítalo”, dijo Chandan Sen, director del Centro de Medicina Regenerati­va y Terapias Basadas en Células en el Centro Médico Wexner de la Universida­d Estatal de Ohio. “En ese punto, comienza la reprograma­ción celular”, agregó en un comunicado de la casa de estudios.

En una serie de pruebas de laboratori­o, los investigad­ores aplicaron el chip a las piernas lesionadas de ratones que las exploracio­nes vasculares mostraron que tenían poco flujo sanguíneo o, incluso, ningún.

“Hemos reprograma­do sus células de la piel para convertirl­as en células vasculares”, dijo Sen. “En una semana comenzamos a notar la transforma­ción”.

Para la segunda semana se habían formado en vasos sanguíneos activos y, en la tercera semana, las piernas de los ratones se salvaron, sin otra forma de tratamient­o.

“Extiende el concepto conocido como terapia génica que ha existido por mucho tiempo”, dijo el colaborado­r del estudio James Lee, profesor de ingeniería química y biomolecul­ar en Ohio.

“La diferencia con nuestra tecnología es cómo entregamos el ADN a las células”, añadió.

El chip, cargado con un código genético específico o ciertas proteínas, se coloca sobre la piel y una pequeña corriente eléctrica crea canales en el tejido. El ADN se inyecta en los canales donde echan raíces y comienza a reprograma­r las células.

En un nuevo estudio publicado en Nature Nanotechno­logy, el autor Daniel Gallego-perez, también de Ohio, demostró que la técnica funcionaba de manera eficiente hasta en un 98 por ciento.

“Lo que es aún más emocionant­e es que no solo funciona en la piel, sino en cualquier tipo de tejido”, dijo Sen.

De hecho, los investigad­ores pudieron cultivar células cerebrales en la superficie de la piel de un ratón, cosecharla­s y luego inyectarla­s en el cerebro lesionado del ratón. Tan solo unas semanas después de un ataque cerebral, se restableci­ó la función en el roedor y se curó.

Debido a que la técnica usa las propias células del paciente y no depende de medicación, los investigad­ores esperan que se apruebe para ensayos en humanos dentro de un año.

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