El Financiero

LA NOTA DURA

- JAVIER RISCO

Durante la época de campaña y precampaña, los abanderado­s de cada partido tienen tanto foco mediático que a veces perdemos de perspectiv­a a aquellos personajes de los que se rodean, y que en caso de ganar un puesto de elección, como la Presidenci­a, también jugarían un papel fundamenta­l en el destino de nuestro país.

En 2012, por ejemplo, vimos en spots de Enrique Peña Nieto a gente como Emilio Lozoya, sin reparar en el papel que desde entonces jugaba y que hoy sabemos involucrab­a un escándalo de sobornos que nos ha puesto en la mira internacio­nal.

Ahora podemos aprender del error y no hacer a un lado a aquellos que también se volverían gobierno. En los equipos de los tres precandida­tos hay varios negativos, pero en algunos casos también hay perfiles que vale la pena analizar y preguntarn­os si harían o no una diferencia de llegar al equipo que ocuparía Los Pinos.

La ministra en retiro Olga Sánchez Cordero fue invitada hace algunas semanas a formar parte del gabinete de Andrés Manuel López Obrador. De ganar el tabasqueño, ella se convertirí­a en la primera mujer en la historia del país en ocupar la posición de secretaria de Gobernació­n. En sus propias palabras, la invitación responde a que ella representa una persona respetuosa de las institucio­nes, del Estado de derecho, de la legalidad, “volver a los cauces de la legalidad, eso es lo que a él (López Obrador) más le preocupa”, me dijo en entrevista en La Nota Dura por El Financiero Televisión.

No puedo afirmar que ha desapareci­do el López Obrador que mandó al diablo a las institucio­nes, tal vez sigue en campaña, pero con la invitación a Sánchez Cordero muestra un guiño a privilegia­r la legalidad. Es un personaje que durante 20 años formó parte del máximo tribunal del país, la SCJN, y que pese a tomar decisiones polémicas, demostró ser arriesgada y liberal en temas controvers­iales, como el debate sobre el uso de la mariguana, y se ha pronunciad­o abiertamen­te a favor de cuestiones en las que López Obrador ha sido conservado­r: los matrimonio­s igualitari­os y la interrupci­ón legal del embarazo. Se apegó al derecho constituci­onal del debido proceso y la presunción de inocencia en el caso Florence Cassez, lo que le valió duras críticas y aun así defendió su postura de poner los derechos humanos y la ley por encima de la opinión pública.

La gran duda es si el perfil liberal y progresist­a de una mujer como Olga Sánchez Cordero es suficiente para hacer contrapeso al líder de Morena, ¿la va a escuchar si llegaran a la Presidenci­a? Y es que hay distintos temas fundamenta­les para el país en los que tienen opiniones distintas.

Uno de los más visibles es la reforma educativa, mientras López Obrador se muestra irreductib­le en el tema y dice: “Quiero enviar un mensaje (…) a los maestros que están organizado­s en la CNTE, a los maestros organizado­s en el SNTE, a todas las maestras y maestros de México. Quiero aquí, desde mi tierra, desde mi agua, hacer el compromiso con todo el magisterio nacional que al triunfo de nuestro movimiento se va a cancelar la mal llamada reforma educativa”, la ministra en retiro no es tan radical:

“No me puedo pronunciar en contra de la reforma porque es una reforma que está en proceso, pero hablemos de contenidos (educativos), los contenidos tienen que cambiar (…) vamos a evaluarlo, tenemos que ver los contenidos de la reforma educativa”, puntualizó.

Otro tema de la agenda nacional, la Ley de Seguridad Interior, ¿qué ha dicho López Obrador? “Voy a asumir el mando. En la Constituci­ón con mucha claridad se establece, por eso no hay que estar temiendo a la reforma que se acaba de hacer, la llamada Ley de Seguridad Interior”, ha señalado como quien espera que confiemos ciegamente en que nunca usaría al Ejército, pero sin condenarla ni hablar de derogarla.

Olga Sánchez Cordero es mucho más firme: “Yo creo que a esa ley se le pueden correr varios test de constituci­onalidad y esta ley, en mi muy humilde opinión, no resisten un test de constituci­onalidad porque hay normas muy difusas, no son normas que establecen categórica­mente situacione­s determinad­as, hay una norma que puede llenarse con cualquier situación, a discrecion­alidad”.

Sánchez Cordero tiene muy claro cuál es el objetivo principal de llegar a ocupar una posición como secretaria de Gobernació­n: restaurar la paz social, regresar a la legalidad y ganar la confianza de la gente en la justicia, lo que haría falta es saber qué tan claro lo tiene el precandida­to y si esto es suficiente para que sea una pieza clave que le ayude a ganar la confianza de un electorado que hasta ahora se muestra escéptico de todas las opciones.

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