Agenda pendiente del Congreso
Se acerca el fin de la Legislatura y hay asuntos relevantes pendientes. El Congreso ha incumplido con su obligación de legislar la suspensión de derechos y garantías (reglamentación del artículo 29 constitucional), fundamental para la nueva Ley de Seguridad Interior, o la reglamentación del artículo 134 constitucional sobre la publicidad oficial del gobierno, que por mandato de la Suprema Corte deberá está a más tardar el 30 de abril de este año. Varios de estos pendientes vienen rezagados desde legislaturas anteriores e incluso hay omisiones que se conservan desde hace más de una década.
A las legislaciones pendientes también se suman nombramientos relevantes que no se han procesado. Por ejemplo, los contralores de órganos constitucionales autónomos, como el de la Comisión Federal de Competencia Económica, del Instituto Nacional de Acceso a la Información o del Instituto Federal de Telecomunicaciones. Este cargo es fundamental para
la vigilancia interna de estas instituciones.
Probablemente los rezagos más importantes están relacionados con el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). A pesar de que ya debería estar completa su implementación, no se ha nombrado un Fiscal especializado en el combate a la corrupción, ni se ha ratificado a los magistrados de la sala especializada en la materia del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
De igual forma, en diciembre se pospuso la designación del nuevo
Auditor Superior de la Federación. Tampoco se ha promulgado la Ley General de Archivos, parte fundamental de la reforma constitucional en materia de transparencia que permite hacer operativo el SNA.
La actual legislatura del Congreso ha promulgado menos decretos que las cinco anteriores. Por ejemplo, la LXII Legislatura (20122015) publicó 288 decretos en el Diario Oficial de la Federación, entre los cuales se encuentran las reformas estructurales impulsadas por Peña Nieto.
Finalmente, destaca el número
de licencias que se han solicitado: cerca de 70, aunque en muchos casos éstas no se han concretado o los legisladores regresaron a su curul. En el Senado, casi 30 licencias han sido aprobadas, lo que implica que ha aumentado el número de legisladores en la Cámara alta que no concluye su mandato, pues algunos abandonan su labor para buscar un nuevo cargo de elección popular. Situación particularmente alarmante, puesto que el Congreso se encuentra en su menor nivel de confianza desde hace más de una década.