Expectativa del tipo de cambio 2018
Todos los pronósticos son difíciles, pero los del tipo de cambio son especialmente complicados. El peso cerró 2017 en 19.66 por dólar, pese a que la encuesta de Banxico de enero señalaba un nivel de 21.70 y hasta la encuesta de diciembre (publicada a 15 días del cierre) se ubicaba en 18.88 unidades.
En los últimos años, hemos sufrido una depreciación del peso considerable y tanto los acontecimientos externos, como los internos, han generado fuertes vaivenes. Sin embargo, vale la pena ponderar escenarios y delinear una tendencia. En nuestro caso, esperamos una inestabilidad considerable durante al menos los próximos 6 meses y una tendencia de apreciación al cierre de año.
Con la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos se materializó uno de los riesgos para el tipo de cambio y la depreciación del peso fue sustancial. Consideramos que los efectos de la reforma son más de un aumento de incertidumbre, que de la probabilidad de afectar sustancialmente los flujos de inversión. No obstante, quedan aún por definirse importantes escenarios en la primera mitad del año como: i) la renegociación del TLCAN; ii) la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal; y iii) las elecciones presidenciales en México.
Asimismo, seguiremos expuestos a cisnes negros o intensificación de las tendencias que ya vimos el año pasado como: i) tensiones geopolíticas en Oriente Próximo y la península coreana; ii) proliferación de políticas proteccionistas y movimientos populistas; iii) conflictos sociales que impidan la recuperación de las economías desarrolladas.
Consideramos que estos factores contribuirán a fuertes episodios de volatilidad y depreciación del peso. Sin embargo, nuestro escenario base contempla resultados que aunque no sean los óptimos, tampoco serán los resultados más adversos. En especial esperamos: i) una continuidad de la relación comercial con Estados Unidos, con o sin el TLCAN; ii) un proceso de normalización monetaria de los principales bancos centrales bien telegrafiado; y iii) compromiso con la austeridad fiscal en el país. Con esto, al igual que vimos en el verano de 2017, podríamos experimentar los beneficios de una menor incertidumbre que favorezca una apreciación del peso hacia niveles cercanos a los 18.00 pesos por dólar al cierre del año.