El Financiero

La corrupción acumulada

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@jrisco ¿Tiene caducidad un acto de corrupción? ¿Importa cuántos años después se descubra? ¿Qué consecuenc­ias debería tener? Los periodista­s Raúl Olmos y Valeria Durán, de la organizaci­ón Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, publicaron un trabajo que sustenta la manera en la que, a través de una empresa “fachada” de Veracruz, se triangular­on millones de pesos para la campaña presidenci­al de 2012, donde resultó ganador el candidato priista Enrique Peña Nieto.

La forma en la que se desvió el dinero coincide con el modus operandi del gobierno de Javier Duarte: una empresa creada en un domicilio inexistent­e, con supuestos dueños que viven en colonias populares y que obtienen jugosos contratos de millones de pesos que gastan a discreción.

La empresa que se encargó de desviar el dinero a la elección se llama Logística Estratégic­a ASISMEX, y de acuerdo con una investigac­ión del Instituto Nacional Electoral (INE), en 2012 ASISMEX dispersó 18.4 millones de pesos entre 7 mil 311 representa­ntes de casilla de siete partidos políticos, con el auxilio de otras 10 empresas presuntame­nte “fachada”. Cuatro de ellas señaladas por el SAT como inexistent­es desde 2017.

Y es que, según el trabajo periodísti­co de Olmos y Durán, no es coincident­e sólo el modus operandi, sino que los accionista­s de esta empresa lo son también de 14 más ligadas al millonario desfalco de Duarte en Veracruz.

La investigac­ión señala que: “15 millones 152 mil pesos (equivalent­e al 82% del total) fueron ejercidos por los dos partidos que integraban la alianza “Compromiso por México” (PRI y Partido Verde), que postuló al actual presidente Enrique Peña Nieto.

“Otros 2 millones 58 mil pesos, equivalent­es al 11% del dinero que transfirió ASISMEX, fueron ejercidos por el PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, que en 2012 postularon a Andrés Manuel López Obrador, mientras que el PAN ejerció 742 mil pesos, que representó el 4% del total, y Nueva Alianza 489 mil pesos (2.6%)”.

Hace unos días, el precandida­to priista José Antonio Meade dijo en Veracruz que dolía la traición de Javier Duarte, y que su corrupción no definía ni describía al resto del priismo, habría que hacerle saber a este candidato ciudadano que el gobierno que hoy lo respalda para que el tricolor siga en el poder, es un gobierno que está en Los Pinos tras una campaña en la que hay sobradas muestras de corrupción.

El gobierno de Peña Nieto enfrenta en su último año de gestión no sólo el cuestionam­iento por las malas decisiones, la violación a derechos humanos y los varios escándalos de corrupción, sino incluso la legitimida­d con la que llegó a esa posición. Hasta ahora, al menos sabemos de dos formas ilegales de financiami­ento en la campaña: el uso de recursos triangulad­os a través de empresas “fachada” y los sobornos que la empresa brasileña Odebrecht alega haber dado como apoyo al entonces candidato.

Desde que Javier Duarte fue encarcelad­o, los priistas han sido los primeros en descalific­arlo, negarlo y hasta decirse ‘lastimados’ por una supuesta traición; sin embargo, el modus operandi del veracruzan­o salpica también hasta la esfera más alta: el Presidente.

¿De verdad era tan confiado el Ejecutivo que no se dio cuenta de todas las redes de corrupción que lo pusieron en Los Pinos, o ese discurso contra un Duarte que era ejemplo de una nueva generación de políticos, sólo es un intento por mantener la simulación de honestidad que sólo entre ellos se creen?

Es buen tiempo para que el actual abanderado tricolor haga una revisión del camino que seguirá para obtener la anhelada Presidenci­a y la gente que lo va a ayudar, no sea que, de llegar, en unos años más se entere que los recursos usados para ofrecer un nuevo proyecto de nación eran el producto de un robo al pueblo al que quiere gobernar.

La investigac­ión del INE y que es retomada por Mexicanos Contra la Corrupción, es un hallazgo que no puede pasar desapercib­ido para nadie, pues el Instituto que regula los procesos electorale­s ha podido documentar transaccio­nes irregulare­s por millones de pesos.

¿Qué tipo de sanción cabe seis años después? La penal no está a nuestro alcance, pero en julio tendremos en nuestras manos y en nuestro voto la oportunida­d de ejercer algún tipo de castigo. Ese sí depende de cada uno. Ya basta de la corrupción acumulada.

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