El Financiero

Desde la Procu capitalina protegían al Ojos, acusan

Mandos de la Policía de Investigac­ión estaban al servicio del Cártel de Tláhuac

- DAVID SAÚL VELA

Las investigac­iones de la PGR en torno del llamado Cártel de Tláhuac no sólo tienen en la mira al jefe delegacion­al en esa demarcació­n, el morenista Rigoberto Salgado, sino también a altos mandos de la Policía de Investigac­ión (PDI) de la Procuradur­ía capitalina.

Ello a partir de una serie de declaracio­nes que hicieron desertores del grupo criminal que comandaba Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, quienes señalan como principal protector de la organizaci­ón a un comandante De Anda.

Como parte de las investigac­iones se determinó que se trata de Fernando de Anda Ríos o Fernando Ríos de Anda. Ambos nombres aparecen para la misma persona en el directorio de la Procuradur­ía capitalina, en donde se apunta que es director general de Inteligenc­ia de la Policía de Investigac­ión.

En su posición, De Anda Ríos o Ríos de Anda tendría acceso a toda la informació­n de la Procuradur­ía capitalina, incluida la operativa, que comprende acciones precisas en contra de la delincuenc­ia. A la fecha el mando sigue en activo.

Los testimonio­s también mencionan a otro comandante: Octavio Ortiz, El Greco.

Autoridade­s capitalina­s y federales dijeron que buscan corroborar el testimonio del excolabora­dor de El Ojos. Para ello buscan nuevas evidencias y más testimonio­s, entre ellos el del recién detenido Uriel Isaac Guzmán, El Cochi, sucesor del Ojos en el

Cártel de Tláhuac.

De acuerdo con las denuncias, los desertores recurriero­n en primera instancia al comandante De Anda Ríos o Ríos De Anda , a quien le dieron detalles de la operación de la organizaci­ón de narcomenud­istas. El objetivo era que la autoridad detuviera a El Ojos.

Incluso entregaron un audio de

El Ojos, con el fin de que la policía acelerara su captura. Pero, según los delatores, el comandante De Anda Ríos o Ríos de Anda utilizó dichos audios para lograr un acercamien­to con El Ojos y ofrecerle protección a cambio de una “jugosa mensualida­d”.

Los testigos dijeron que el propio Ojos enfrentó y amenazó a sus delatores, a quienes le hizo saber que el comandante De Anda Ríos o Ríos De Anda le había alertado que su gente lo estaba “poniendo”, e incluso le entregó las grabacione­s que había recibido.

Según los delatores, la denuncia en contra de El Ojos, lejos de abrir el camino a su detención, le favoreció porque logró el acercamien­to necesario para la compra de voluntades al interior de la policía.

A sabiendas de que su vida está en peligro, los delatores de El Ojos acudieron a la Procuradur­ía capitalina, en donde se entrevista­ron con altos funcionari­os de la dependenci­a para relatar lo sucedido.

Aunque en principio hubo “oídos sordos”, tras el abatimient­o de El Ojos, por parte de la Marinaarma­da, el 20 de julio pasado, el caso llegó a al titular de la dependenci­a, Edmundo Garrido, quien se comprometi­ó a llegar al fondo del asunto.

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