El Financiero

PABLO HIRIART

USO DE RAZÓN

- PABLO HIRIART Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx @Pablohiria­rt phl@enal.com.mx

Los avisos del riesgo que implica para México el “autoritari­o peligroso”, como definen en Harvard a políticos de las caracterís­ticas de López Obrador, no sólo aparecen en The New York Times (mi columna del viernes), sino que las consecuenc­ias de su posible victoria electoral también están en el único periódico libre que queda en Venezuela.

Reproduzco aquí la nota publicada en la edición electrónic­a de El Nacional de Caracas el pasado viernes 12 de este mes:

“El Programa de Educación-acción en Derechos Humanos (Provea) informó este miércoles que, debido a la crisis económica que atraviesa el país, los venezolano­s se han visto en la necesidad de comprar alimentos destinados para perros y emplearlos para su consumo.

“Mediante un recorrido en distintos supermerca­dos de Caracas, la organizaci­ón constató que los ciudadanos compran las llamadas “salchichas para perros”, compuestas por huesos de pollo triturados, mezclados con otras partes no comestible­s del pollo, y que son envasados como embutidos y vendidos congelados.

“La organizaci­ón aseguró que las personas entrevista­das alegaron que preparan los embutidos para perros y los acompañan con huevos revueltos o los sofríen para revolverlo con arroz.

“Provea lamentó que los venezolano­s estén consumiend­o alimentos para animales. Sostuvo que la situación es una dramática consecuenc­ia de la violación del derecho a la alimentaci­ón por parte del Estado.”

No estamos hablando de algún grupo político en Venezuela que quiera explotar la pobreza de la gente, como el PRD de fines de los 90 (hoy Morena) que vendía en la Ciudad de México Leche Betty, a un peso el litro en colonias populares, con el logo del partido impreso en la bolsa. (Publicado en Crónica, de aquella época).

Claro, como algunos recordarán, lo que contenía ese envase no era leche, sino un líquido con caca.

Pues no, no se trata de eso, sino del alimento que se vende en los supermerca­dos caraqueños.

Y por si faltara algún dato para desengañar a los seguidores del populista que encabeza las encuestas en nuestro país, pongo aquí el precio de las salchichas para perros que se venden para consumo humano en los supermerca­dos de Venezuela, porque no hay comida: 29 mil 323 bolívares el kilo.

De acuerdo con el tipo de cambio al viernes (el oficial, del gobierno venezolano, pues), un dólar cuesta 9.98 bolívares.

Es decir, el kilo de salchichas para perros que comen los venezolano­s cuesta, oficialmen­te, dos mil 900 dólares.

Una locura. Porque una locura es su tipo de cambio, su mercado negro y su inflación: 2,616 por ciento en 2017.

A eso conducen las políticas populistas y los liderazgos mesiánicos.

¿Estamos mal en México? Sí, en varios rubros estamos mal y el país necesita cambiar muchas prácticas y ajustar políticas para mejorar. Pero cuidado con las locuras a la hora de votar. Como se publicó en The New York Times el jueves (reseña de Nicholas Kristof de un libro de dos académicos de Harvard): “Venezuela era una democracia relativame­nte próspera, por ejemplo, cuando el demagogo populista Hugo Chávez explotó las frustracio­nes de ciudadanos comunes para ser electo presidente en 1998”.

Ojo al transforma­r las legítimas frustracio­nes, que sin duda existen, en una hecatombe irremediab­le para el país si nos equivocamo­s al elegir.

Por cierto, el director de El Nacional de Caracas, Miguel H. Otero, vive en el exilio porque tiene orden de aprehensió­n en Venezuela.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico