La era de las contrataciones públicas
Un síntoma de actitud cívica, política, económica y empresarial, es el creciente compromiso con la anticorrupción, una causa que ha germinado recientemente en México. La nueva visión consiste en hacer ingresar plenamente al Estado y al mercado en la era de las contrataciones públicas.
Las contrataciones públicas (“contrataciones y/o adquisiciones abiertas”) son indispensables — entre otras acciones— para hacer funcionar plenamente una parte de los desafíos del todavía novedoso Sistema Nacional Anticorrupción mexicano.
Reza un adagio popular: “Compra cuando te vendan y vende cuando te compren”…. Ese fue y es un lema que normalmente siguen al pie de la letra los exitosos comerciantes; esa moraleja pareciera por el estereotipo ser un principio de los fenicios.
La corrupción es pretérita en el mundo, en México, durante el siglo XIX y principios del XX no había suficientes caudales en las arcas públicas y el funcionariado no tenía enormes tentaciones de cometer peculado y cohecho aunque siempre habrá registros que prueben lo contrario, se puede inferir que la probidad de parte importante de los servidores públicos de entonces se deba a las raquíticas condiciones para ejercer su mandato. Sin presupuesto disponible, no había demasiados supuestos para hacer compras indebidas.
No obstante, el boom petrolero de finales de los años 70 en México propició aquella jactancia expresada por el Presidente de la República: “vamos a administrar la abundancia” que desde luego no adoptó ejemplos adecuados como el caso de Noruega y esa súbita riqueza del gobierno que no de la ciudadanía se concibió al calor de la improvisación y en todo momento presidida por la prevaricación.
En los gobiernos de la América Latina durante las décadas ochenta y noventa surgió una mentalidad gerencial que convirtió a los gobiernos en compradores compulsivos de bienes y en algunas modalidades de servicios —muchos innecesarios, superfluos, inútiles, y, con frecuencia inservibles: obsoletos o caducos— la causa, la habilidad de los empresarios asociados con los gobernantes para vender todo aquello sin escrúpulos y en ese circuito de oferta frenética y demanda absurda pero interesada se formaban los basamentos de una evidente corrupción pública y su correlativa corrupción privada.
A finales de los años noventa, una parte importante de la alta clase política se había convertido en empresaria, naturalmente, de giros y servicios requeridos por los gobiernos en turno. Cada exgobernante ponía empresas para proveer insumos al gobierno, y después, no pocos, desde que hacían gobierno se valían de prestanombres para comprarse a sí mismos.
En la década de los noventa las exigencias de la globalización incidieron en la adopción del comercio electrónico.
En 1996 surgió Compranet, una herramienta novedosa con el afán de efectuar algunas de las compras públicas mediante comercio electrónico, así se inició una ruta que ha estado plagada de dificultades tecnológicas y de disfunciones, que la misma OCDE detectó y sugerentemente señaló para superar.
El pasado 9 de enero en la sede de la Secretaría de la Función Pública, se reunió el Grupo Plural entre los cuales se encuentra el gobierno mexicano a través de la secretaria de la Función Pública, la OCDE, cámaras empresariales y el INAI, el motivo de la reunión fue presentar el “Estudio del Sistema Electrónico de Contratación Pública en México” para el relanzamiento de Compranet.
La revolución del Compranet se corresponde con las copiosas obligaciones de transparencia que se derivan de la Ley General de Transparencia, en la Fracción XXVI del Artículo 70.
Los “Sujetos Obligados” del ámbito federal, al corte de diciembre de 2017, han publicado en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) —instrumento que puso en marcha el INAI y el Sistema Nacional de Transparencia— algo más de 447,000 registros (aproximadamente 4.5 millones de datos), y en esa inmensa masa de información destaca la que versa sobre procedimientos de adjudicaciones y licitaciones.
El INAI será un vigilante permanente del cumplimiento de las obligaciones de los 862 “Sujetos Obligados” de la Federación y en ese entramado de lo que se refiere a las que tengan que ver con la información relativa a las obligaciones de transparencia que tienen que ver con las compras y adquisiciones, fuente para la efectiva rendición de cuentas.
Compranet rediseñada y relanzada será por fin una herramienta eficaz para concentrar en línea todas las contrataciones y adquisiciones del sector público mexicano.
Los que quieran vender al gobierno deberán consultarla y por esa vía hacer los trámites que cada contrato merezca.
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