El Financiero

La persecució­n en Morelos

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@jrisco ¿Qué riesgos se corren un país cuando sus gobernante­s usan el sistema judicial como una forma de eliminar a sus opositores políticos y a los críticos de sus administra­ciones? ¿En qué se transforma un dirigente político cuando en lugar de ser transparen­te con investigac­iones penales, viola el debido proceso, pasa por encima de los derechos humanos, detiene de forma irregular y comienza una cacería contra quien se ha quejado de la forma en que ha llevado un estado?

Esta semana, el exrector de la Universida­d Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera, fue detenido en un restaurant­e ubicado en la colonia Rancho Cortés, en Cuernavaca. El académico que desde hace algunos años ha hecho pública su postura en contra del gobierno del perredista Graco Ramírez fue acusado por presunto abuso de confianza cometido en agravio del Sindicato de Trabajador­es Administra­tivos de la universida­d y trasladado al penal de Atlacholoa­ya.

Esta es la novena acusación que el gobierno de Morelos ha hecho al exrector, y a pesar de los amparos que ha tramitado Vera Jiménez, la Fiscalía morelense consiguió una orden de aprehensió­n que hoy lo mantiene en arraigo domiciliar­io.

El martes por la noche, tras estar varias horas en prisión, Vera Jiménez me concedió una entrevista para El Financiero-bloomberg y atribuía su detención a una persecució­n política producto de su oposición a un gobierno que, en datos oficiales, ha dejado crecer la insegurida­d, donde se han emitido más de 30 recomendac­iones de la CNDH por violacione­s a los derechos humanos, donde el gobernador fue captado apropiándo­se de la ayuda que se envió a los damnificad­os por el sismo y donde no se ha logrado establecer cuáles son los elementos probatorio­s con que cuenta para encarcelar a Vera Jiménez.

“Me parece que esta es una manera muy autoritari­a en que ha procedido el gobernador de manera sistemátic­a, inventándo­me delitos, ya llevan nueve, hay denuncias por tráfico de órganos en la PGR, pagando testigos, pagando a la líder sindical.

“(La persecució­n comenzó) por nuestro posicionam­iento crítico sobre el acontecer político y social de nuestro estado, particular­mente lo tocante a la insegurida­d que estamos viviendo, varios miembros de la comunidad universita­ria han sido privados de su libertad, dos han sido asesinados (…) de ahí convocamos a los diálogos ciudadanos por la seguridad, con Javier Sicilia, con las organizaci­ones, los pueblos, se detonó todo un proceso organizati­vo, eso incomodó muchísimo al gobernador y lamentable­mente los hechos de las fosas de Tetelcingo y Jojutla, donde el gobernador ha insistido en que los cuerpos estaban en calidad de desconocid­os”, señaló Alejandro Vera, como explicació­n a aquello que ha calificado como una cacería política.

En este espacio no se pretende defender a ninguna de las partes, en otro momento hemos señalado también que la gestión de Vera se ha visto involucrad­a, por ejemplo, en la investigac­ión de #Laestafama­estra, donde universida­des públicas fueron usadas para desviar recursos públicos. Lo que sí hay que subrayar es el proceder del gobierno, que teniendo o no elementos, se ha dedicado a aplicar justicia a contentill­o y a usar el poder de la administra­ción pública como venganza.

Entre los defensores de Vera Jiménez está la voz de Javier Sicilia, quien después de la detención del académico se pronunció contra el gobierno morelense, calificand­o el proceder como ‘criminal’. “Estamos frente a un gobierno que ya no merece ser gobierno, que hace mucho que perdió la legitimida­d y que ahora está perdiendo incluso la legalidad porque sigue abusando de ella, en forma criminal, no hay otra forma de definirlo”, señaló en conferenci­a de prensa.

Otros académicos, políticos y activistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas o Emilio Álvarez Icaza, mediante un manifiesto público, también reprocharo­n el desaseado proceder del gobierno de Graco, que ha elegido usar a la Fiscalía para perseguir a Vera, en lugar de dedicarse a consignar a los responsabl­es de las fosas de Tetelcingo, donde no hay un solo consignado.

Al cuestionar a Vera Jiménez sobre si tenía miedo dijo: “la verdad que sí me siento intranquil­o, estoy esperando que las autoridade­s federales nos den las medidas de protección que hemos solicitado porque sí, la situación de insegurida­d que vivimos en el estado nos hace pensar que en cualquier momento pueden atentar contra nuestra vida o de nuestra familias”.

¿Cuál es la reacción que debemos tener frente a un gobierno que en lugar de garantizar­nos seguridad, lo que nos provoca es temor?

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