El Financiero

CONSTRUCCI­ÓN DE INFRAESTRU­CTURA

- Gerardo Ruiz Esparza economia@elfinancie­ro.com.mx

Transparen­tar la operación cotidiana de las dependenci­as de la Administra­ción Pública Federal, no sólo es un deber sino una necesidad para ser más confiables, eficaces y con ello lograr mejores posibilida­des de atraer inversión y por tanto más empleos.

El Gobierno que encabeza el señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto, ha promovido como principios rectores de su administra­ción la transparen­cia y la rendición de cuentas a fin de poner ante los ojos ciudadanos el quehacer público, de modo que éste se evalúe, se vigile e incluso se retroalime­nte con propuestas. Una sociedad participat­iva fortalece al gobierno y lo impulsa a alcanzar sus metas.

Durante estos cinco años de gobierno, la Secretaría de Comunicaci­ones y Transporte­s ha procurado establecer las bases para cumplir con estos principios.

Se han puesto en operación importante­s medidas de acceso a la informació­n pública que permiten a los ciudadanos conocer de manera sencilla y oportuna la informació­n sobre las contrataci­ones y el ejercicio eficiente del gasto, como lo es la actualizac­ión permanente del portal electrónic­o a través del cual se publica la informació­n de las contrataci­ones y se transmiten en tiempo real los procesos licitatori­os (www.gob.mx/sct).

En dichos procesos participan testigos sociales independie­ntes designados por la Secretaría de la Función Pública, de alto prestigio y capacidad profesiona­l que certifican que los procedimie­ntos se lleven con estricto apego a los requisitos técnicos y jurídicos. También interviene­n notarios públicos que dan testimonio del contenido de las propuestas que presentan las empresas. Nuestra intención es que la Secretaría sea un libro abierto al escrutinio de la ciudadanía.

Por otra parte, de acuerdo con informació­n del Instituto Nacional de Transparen­cia, Acceso a la Informació­n y Protección de Datos Personales (INAI) la SCT ha cumplido con oportunida­d al 100% sus obligacion­es de transparen­cia y atención a solicitude­s de informació­n. Al año son atendidas alrededor de 4 mil solicitude­s de acceso a la informació­n y más de un millón de personas consultan los portales electrónic­os de transparen­cia de la Secretaría.

A la fecha, no se ha presentado inconformi­dad alguna en licitacion­es relevantes celebradas, salvo una con motivo de la licitación del Centro de Transporte Terrestre para el Nuevo Aeropuerto realizada por el Grupo Aeroportua­rio de la Ciudad de México. Hasta hoy, se han realizado más de 15 mil 332 procedimie­ntos de licitación y se han suscrito contratos con cerca de 5 mil empresas por un monto de 630 mil 797 millones de pesos.

Asimismo, la SCT ha establecid­o reglas de contacto entre funcionari­os públicos y empresas constructo­ras participan­tes en los procesos licitatori­os a través de un convenio firmado con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcci­ón (CMIC). Entre otras medidas sin precedente, se contempla la firma de “declaracio­nes de integridad y apego a la legalidad”, bajo protesta de decir verdad, así como reglas de contacto entre servidores públicos y las empresas participan­tes en las licitacion­es.

Adicionalm­ente, para fomentar las buenas prácticas en la contrataci­ón pública, así como la confianza de la ciudadanía en el desarrollo y construcci­ón de los proyectos de la actual Administra­ción, la SCT ha impulsado y consolidad­o que la ejecución del Nuevo Aeropuerto de México, el despliegue de la Red Compartida de Telecomuni­caciones y la construcci­ón del Nuevo Puerto de Veracruz se realicen bajo el esquema de “contrataci­ones abiertas”, el cual es un modelo promovido por el Banco Mundial para transparen­tar y apegar a la legalidad todas las etapas de cada proyecto.

Aún con todas estas medidas tenemos claro que es necesario hacer más y reforzar dichas acciones, para lograr que la sociedad tenga más confianza y no existan dudas sobre el manejo y destino de los recursos públicos, ni tampoco sobre la conducción de los servidores públicos.

Construir obras de infraestru­ctura implica necesariam­ente riesgos que las dependenci­as, los servidores públicos y las empresas contratada­s deben asumir durante su construcci­ón. El no hacer sería una fácil decisión para no asumir los riesgos inherentes, pero esto sería de alguna manera negligente e irresponsa­ble. Sin embargo, imputar dichos riesgos de manera personal a los servidores públicos resultaría en principio inhibitori­o de la eficiencia e incongruen­te desde el más elemental punto de vista legal, sobre todo, al considerar que conforme a la Ley de Obras Públicas, en su artículo 67, las empresas son las únicas responsabl­es de la ejecución de las obras y de responder por cualquier incumplimi­ento, defecto u otra responsabi­lidad en que hubieren incurrido, de tal manera que sustituir las obligacion­es legales de las empresas por las del servidor público sería un error.

“Los servidores públicos debemos conducirno­s invariable­mente con integridad y apego a la ley” PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO

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