¿Estás dispuesto a pagar el precio de ser rico?
G“hábitos de personas ricas” y te aparecerán miles de opciones describiendo desde qué hacen al levantarse, hasta sus gustos por la lectura o su disposición al trabajo. Me permito disentir de este enfoque que busca encontrar la fórmula “mágica” de hacer dinero, como si esto fuera lo único que determina el éxito de alguien.
Aplicar los hábitos correctos con seguridad dará un beneficio y nos ayudará a avanzar en bienestar, como sea medido por cada quien; sin embargo, no garantiza riqueza monetaria.
Habría de distinguir entre dos tipos de ricos.
Aquellos con la suerte de heredar y cuya labor es sostener el patrimonio; y quienes se forjaron desde cero para lograr una fortuna a base de trabajo, visión y riesgo.
Por supuesto, hago a un lado la obtención de recursos de forma ilícita, donde los hábitos no son dignos de considerarse y están lejos de ser un ejemplo.
Quienes tienen capital como producto de una sucesión, deberán tener cualidades cargadas a una administración adecuada y a un manejo prudente.
Aquí sí podrían emplear buenos hábitos y capacitación para elevar la fortuna y evitar la “maldición” de ser la tercera generación que despilfarra lo alcanzado por las anteriores.
Quienes se iniciaron desde cero tienden a tener una personalidad muy especial, pues son tomadores de riesgo natos, están pensando todo el tiempo en negocios y llegan a ser compulsivos para el trabajo.
¿Quieres ser rico y no heredaste? Olvídate de la rutina, tendrás que hacer negocios, aceptar fracasos en el camino y ser perseverante en acrecentar los recursos por arriba de las necesidades cotidianas.
La pasión por lo que se hace es la principal motivación, más allá del dinero.
Es irónico, hay grandes em- prendedores, pero que son malos para mantener el negocio en términos administrativos y llegan al quebranto por esa razón.
Un ejemplo es Steve Jobs, que en su momento fue sacado de la misma empresa que fundó.
El error sería convertir la acumulación de dinero en el único objetivo, porque podría conducirte a trabajar en algo que no necesariamente satisfaga tu propósito de vida, provocando tarde o temprano frustración.
Es importante tomar en cuenta que existen sacrificios altos, asociados con el enfoque de “quiero ser rico a toda costa”; el consumo de tiempo excesivo en los negocios puede desencadenar enfermedades y el distanciamiento con la familia.
¿Estás dispuesto a pagar el precio?
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