“CON CULTURA, EDUCACIÓN Y DEPORTE SE RECONSTRUYE EL TEJIDO SOCIAL”
ERÉNDIRA DERBEZ, ACTIVISTA
Los padres de Eréndira Derbez querían mantener a sus hijos lejos de la Ciudad de México. El menor de ellos, con enfermedad respiratoria, era sensible a la contaminación. Así que Eréndira fue chilanga tardía, y un poco a la fuerza. Su familia vivió en Zacatecas y en Xalapa y se curtió en el descompuesto Veracruz de Fidel Herrera, donde se convivía codo a codo con los narcos, en las fiestas, en la escuela. “Conocí muy pronto el significado de balacera, de desaparecido, de encajuelado”.
Coatepec parecía una buena opción para todos. Lo fue mientras los hijos cursaban la educación intermedia. Disfrutaban del bosque, la playa, la selva. “Después estábamos con un pie en el DF por la chamba de mi papá”. Derbez se fue a estudiar Diseño a la Universidad de Barcelona, y después a la Escuela Massana, pero el nivel educativo no la impresionó. Se cambió a Historia del Arte. Tampoco le funcionó, y un día que enfermó, decidió volver. Próximo su regreso, se enteró de un suceso que había sacudido a la Universidad Iberoamericana, donde iba a continuar sus estudios. Fue el 11 de mayo de 2012, el día que Enrique Peña Nieto huyó de la Ibero, repudiado por los universitarios.
“Me emocioné, empecé el proceso de transferencia de papeles y un amigo me presentó a un grupo que entonces se hizo llamar Yosoy132”, al que Derbez se integró de inmediato. Esa manifestación inicial se multiplicó y se formaron diversas redes de trabajo y apoyo. Nacieron organizaciones con objetivos variados, crecieron colectivos y se abrigaron causas. “Una muy potente y muy evidente fue Verificado (que nació con el sismo de septiembre pasado). Empezó en un grupo de amigos en un chat de Whatsapp”.
Derbez me cuenta esto precisa- mente cuando se hace público que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores encontró irregularidades en la entrega de recursos a los damnificados por parte del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros. Para la reconstrucción de las viviendas de los damnificados, recursos del Fondo de Desastres Naturales serían entregados Bansefi a través de tarjetas electrónicas. Miles nunca fueron entregadas. Otras fueron duplicadas, triplicadas, quintuplicadas. -¿Te frustra? -Mucho más que eso. En Chicago, trabajaba una vez por semana en un banco de alimentos. Muchas tiendas de la ciudad los donaban. A mí me tocaba separarlos: los que se regalarían a las familias grandes, a las familias más pequeñas, a los prediabéticos, a los diabéticos, a las personas en situación de calle. Así aprendí el sistema de clasificación, lo que me fue de gran utilidad durante el sismo. Sentí que habíamos logrado mucho. Es muy decepcionante…
Eréndira Derbez es la asistente de investigación de la medievalista Luisa Durán, en la Ibero, donde se especializó en temas de género y arte y educación. “En Chicago hice el servicio social con la fundación Catholic Charitys, dedicada a jóvenes y mujeres migrantes. Estos chavos, de quince y dieciséis años, estaban bien formados en el arte. Tenían muchísima energía. La destilaban, jugando basquetbol en el patio. Pero también tenían muchísimos problemas personales y familiares, y vivían en un barrio difícil, complicado. En Chicago hay más muertes por herida de bala que en cualquier otra ciudad. Es sumamente violento. Recuerdo que nos explicaron que había más asesinatos de estadounidenses en Chicago que en Irak. Para vincularme con ellos aprendí a jugar basquet, y aprendí