El Financiero

¿SERÁ LO DE RICARDO LAVADO DE LOS ‘MOCHES’ O ‘CORRUPTELA­S’?

- Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phl@enal.com.mx @PabloHiria­rt

Después de la reprobable torpeza de la PGR al difundir el video de una conversaci­ón privada de Ricardo Anaya con sus abogados, la tarea del gobierno debe ser cuidar al candidato del Frente, a López Obrador, a José Antonio Meade e independie­ntes como si fueran cristales de Bohemia. Cualquier loco con ganas de hacerle “un favor” al gobierno tendrá a su mano la posibilida­d de dañar a Anaya.

A López Obrador ni se diga. Lo que le pueda suceder, en un indeseable caso, va a ser tomado como una maniobra del Estado para frenarlo.

Lo mismo a Meade, que si en alguna circunstan­cia le ocurriera un incidente, será visto como una acción del gobierno por la razón que se quiera argumentar.

¿Por qué el Estado va a ser responsabi­lizado? Porque el actual Procurador ya se metió a la elección.

La estabilida­d social, política y económica está en juego. Toca al Estado protegerla y no lo está haciendo bien.

Desde el inicio del proceso electoral a la fecha, 58 representa­ntes populares o aspirantes a serlo han sido asesinados. Todavía no empieza la campaña formal y ya hay 58 ejecutados.

La realidad no pinta nada bien como para que la PGR –autoridad que debe actuar de buena fe–, le eche leña al fuego y predispong­a los ánimos de la opinión pública en contra suya, por su manifiesta e innecesari­a animadvers­ión hacia un candidato presidenci­al. En ese caso, y en el de todos los conflictos político-judiciales que se den, la autoridad debe dar garantías de imparciali­dad y sólo deben hablar los hechos, las pruebas y los argumentos de descargo.

El horno no está para bollos y se juega con fuego. Solamente ayer hubo dos asesinatos de políticos en el país. Mataron al aspirante de Morena a la alcaldía de Santa Clara Ocoyucan, en Puebla. Asesinaron al ex diputado priista y líder de la CTM en Oaxaca, Alfredo Ramos Villalobos.

La semana pasada asesinaron a dos aspirantes a la alcaldía de Chilapa, en Guerrero, una del PRD y otra del PRI. Decenas de alcaldes, diputados y candidatos a serlo, fueron ejecutados.

De 87 agresiones registrada­s contra ellos desde septiembre al 6 de febrero, 54 terminaron en ejecucione­s, reporta hoy El Financiero, a los que hay que sumar los dos de ayer y los de las candidatas de la semana pasada. Matar se ha vuelto fácil en México, y los candidatos no están exentos de ser víctimas del encono político que lleva al homicidio.

Hoy el gobierno le debería tener una escolta de primer nivel a López Obrador, Anaya y Meade, y a partir de que se registren a Margarita Zavala, Armando Ríos Píter y El Bronco.

En caso de que algunos de ellos rehúsen la guardia del Estado Mayor Presidenci­al, por desconfian­za o por lo que sea, es preciso autorizar una partida presupuest­al a fin de que ellos paguen su propia escolta.

¿Cuesta mucho dinero? Nada, absolutame­nte nada en comparació­n con lo que el país arriesga en caso de que le pase algo a alguno de los candidatos a la Presidenci­a.

Como muy pocas veces, los ánimos están que arden. La tarea es obvia: hay que impedir que ardan porque con ellos se incendia México.

Y lo tenso de la situación no debe ser impediment­o para que en esta campaña se diga de todo. Deben salir a relucir todos los trapos sucios que pudieran tener los candidatos, y que vayan a tribunales los que han violado la ley, si es el caso.

Pero la autoridad investigad­ora tiene que brindar garantías de buena fe y no azuzar los enconos con filtracion­es, sino aplacar las dudas con pruebas irrefutabl­es, o decir que no las hay.

“La realidad no pinta nada bien como para que la PGR le eche leña al fuego”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico