El Financiero

¿TE ACUERDAS DE BLACKBERRY? SU ‘PADRE’ TIENE UN NUEVO PLAN

MIKE LAZARIDIS Y SUS SOCIOS QUIEREN LLEVAR UNA COMPUTADOR­A CUÁNTICA A TU ESCRITORIO ANTES DE LO QUE CREES

- NATALIE WONG Y JEREMY KAHN BLOOMBERG BUSINESSWE­EK tecnologia@elfinancie­ro.com.mx y Doug Fregin han invertido más de 450 millones de dólares en proyectos cuánticos en las últimas dos décadas.

LA COMPUTACIÓ­N CUÁNTICA

ESTÁ EN PAÑALES, esos procesador­es subatómico­s tan poderosos que pueden hacer que nuestra supercompu­tadora más rápida parezca un ábaco son, en su mayor parte, aún teóricos. Mike Lazaridis, el coinventor de BlackBerry, dice que en lo que atañe a la tecnología cuántica, ha aprendido la lección. Ningún iPhone volverá a comerle el mandado.

Tras años de ver cómo su marca se marchitaba durante la era de Apple, Lazaridis dejó el puesto de codirector ejecutivo de la compañía en 2012 y centró su energía en la investigac­ión de tecnología­s cuánticas, incluidas computador­as, sensores y un amplio abanico de dispositiv­os. Junto a su excolega de BlackBerry, Doug Fregin, ha invertido más de

450 millones de dólares en proyectos cuánticos en las últimas dos décadas y ahora dirige la firma de capital de riesgo Quantum Valley Investment­s desde su oficina en Waterloo, Ontario, donde también nació BlackBerry Ltd. hace ya varios años. “Tienes que construir una industria. Tienes que ser muy hábil y debes estar conectado con tus clientes y eso no se puede hacer con una sola compañía”, dice Lazaridis. Además de invertir en la computació­n cuántica, un objetivo que también persiguen empresas como Google e IBM Corp., Quantum Valley financia directamen­te proyectos más concretos que, según Lazaridis, podrían comerciali­zarse en los próximos años. Las computador­as clásicas interpreta­n bits de datos como 0 o 1, pero los datos en la computació­n cuántica pueden existir como 0 y 1 al mismo tiempo, lo que permite un nivel de multitarea inimaginab­le para los estándares actuales. Las computador­as cuánticas que existen hoy son demasiado pequeñas e inestables para ese tipo de resultados (se vuelven propensas a errores después de meras fracciones de segundo) y los investigad­ores dicen que perfeccion­arlas podría llevar décadas.

Con la ayuda de Fregin, más mil millones de dólares canadiense­s de las arcas del gobierno de ese país, Lazaridis ha dirigido la contrataci­ón y formación de personal en tres centros de investigac­ión: el Institute Perimeter de Física Teórica, el Instituto de Computació­n Cuántica y el Instituto Waterloo de Nanotecnol­ogía. Esos esfuerzos han atraído a físicos prominente­s como David Cory del Massachuse­tts Institute of Technology (MIT) y el discípulo del legendario Stephen Hawking, Raymond Laflamme, y han transforma­do a Canadá en una potencia descomunal en la materia, dominada tradiciona­lmente por Estados Unidos y China. “Todos en el campo han pasado por Waterloo”, dice Seth Lloyd, profesor de ingeniería mecánica cuántica del MIT. Varias de las inversione­s de Lazaridis han llegado ya al mercado o están a punto de hacerlo. Isara Corp., que desarrolla software de seguridad blindado contra los hackeos cuánticos, ha vendido un millón 600 mil dólares en software y espera duplicarlo en el año fiscal 2018.

High Q Technologi­es LP afirma que para fin de año venderá sensores cuánticos cien mil veces más sensibles que las herramient­as utilizadas por las compañías farmacéuti­cas para desarrolla­r fármacos. Los sensores podrán determinar qué compuestos se unirán correctame­nte a las proteínas deseadas en lugar de “probar muchos fármacos y ver si alguno funciona”, dice Cory, quien fundó High Q. La fascinació­n de Lazaridis por la investigac­ión cuántica se remonta a una clase de física en la universida­d y sus certeros fichajes se han beneficiad­o de su historia con varias de las personas detrás de sus inversione­s. El CEO de Isara, Scott Totzke, supervisó el famoso software de encriptaci­ón de BlackBerry por más de una década. Lazaridis también se ha asociado con antiguos empleados de BlackBerry al frente de Cognitive Systems Corp. para conectar las computador­as cuánticas con los modelos convencion­ales, para hacerlas accesibles a un público más amplio. Esos esfuerzos, por supuesto, tendrán que demostrar que son negocios viables.

Los investigad­ores de Canadá deben trabajar duro para no quedarse a la zaga de Estados Unidos y China en los objetivos a más largo plazo, advierte Elsa Kania, investigad­ora adjunta del Center for a New American Security en Washington. “La carrera para construir una computador­a cuántica utilizable y escalable será más un maratón que tendrá lugar en las próximas décadas”, escribió en un correo electrónic­o sobre el tema. A medida que la carrera inicia, dice Lazaridis, Canadá necesitará más capitalist­as de riesgo para garantizar que los esfuerzos de comerciali­zación cuántica obtengan los fondos que necesitan. “Hemos demostrado que podemos hacer esto. Invertimos en lo que creemos”.

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AVANCES. Los investigad­ores cuánticos usan este dispositiv­o para probar películas supercondu­ctoras en silicio a nivel atómico.

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