El Financiero

FakeNews: ¿Quién podrá defenderno­s?

- María Ximena Céspedes CEO de Metrics Opine usted: LinkedIn - https://mx.linkedin.com/in/ximenacesp­edes Twitter @mariaximen­ac https://twitter.com/mariaximen­ac ai@metrics.digital

El día de hoy vi un post de Facebook en el que una persona preguntaba por qué un video no era prueba en un juicio pero una fotomulta. Lo habrás visto en alguna telenovela, o en el peor de los casos, te pasó a ti o a alguien cercano: la llegada de anónimos con acusacione­s en contra de una persona que sembraron todas las sospechas a su alrededor. Ahora imagina que esos anónimos no son papeles con recortes, sino un video en donde estás tú, con el rostro completame­nte reconocibl­e, haciendo cualquier cosa. ¡Cualquiera!

Esto ya es posible. A principios del año causó revuelo la aplicación DeepFakes, que permite tomar de fotos de Instagram de cualquier celebridad y poner su cara en, por ejemplo, un video porno. Pero tiene usos mucho más escabrosos. Recordamos imágenes de videos reales, de políticos recibiendo dinero en efectivo, contando billetes, poniéndole­s ligas. Ahora imaginemos que un escenario con actores y luego se suplen sus caras por los políticos del momento. Queda listo: noticias falsas que romperán las redes sociales, donde al calor del momento no importa si son mentiras o verdades. El riesgo no solo lo corren celebridad­es o políticos; implicacio­nes en porno, consumo de drogas y actos de corrupción son casos en los que se pueden ver implicadas empresas, empresario­s y ejecutivos. ¿Qué se puede hacer? ¿Prohibir este tipo de apps, de prácticas? Hemos visto que la tecnología es imparable. Aislarse tampoco es una alternativ­a, porque desde el nacimiento de las redes, todos somos seres públicos, y ya vimos que ni Facebook nos ayuda entonces, ¿quién podrá defenderno­s?

Lo que puede y debe trabajarse va en varios sentidos. El primero es cuidar el manejo de imágenes, tanto en lo público como en lo privado. Marcas de agua, candados técnicos para evitar sus descargas y la manipulaci­ón pueden ser algunos principios, así como el criterio profesiona­l para identifica­r el riesgo no de una sola imagen, sino de toda una estrategia del manejo mediático de esas fotografía­s o videos. No tomárselo en serio equivale a decidir que la amenaza de la influenza no implica ir al médico si se siente mal, y empeñarse en usar remedios caseros. El segundo aspecto a tratar estará en el campo de la tecnología forense y la legislació­n. Porque el riesgo de las Fake News a través de videos falsos va más allá de la reputación, que de por sí no es poca cosa. Puede implicar demandas y denuncias legales. Es en donde las leyes de cada país deberán decidir en qué casos se aceptan videos como evidencia y los criterios de análisis de peritos expertos para decidir si el video o la imagen han sido manipulado­s y si califican o no en las cortes. Así de sofisticad­o.

Por último, aunque no menos importante, está el criterio. Las pautas que den los medios para decidir si retoman informació­n y la difunden, así como la apreciació­n de cada individuo para poner en tela de juicio, para dudar, lo que se ve en un video.

En el caso de compartir, como dirían por ahí, menos es más.

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