El Financiero

Buscaron callar a Cordero... senadores de AN

- SUSANA GUZMÁN sguzman@elfinancie­ro.com.mx RIVELINO RUEDA rrueda@elfinancie­ro.com.mx

Evitaron su remoción legislador­es del PRI, PVEM, siete del PAN y hasta de Morena-PT

Ernesto Cordero no disimuló una breve y espontánea sonrisa cuando escuchó el resultado de la votación.

Los sufragios en tablero, a favor y en abstención, del PRI, del PVEM, siete del PAN, de senadores sin partidos, y sí, de senadores del bloque PT-Morena, echaron abajo la intentona del PAN y PRD de removerlo de la presidenci­a del Senado. Durante casi dos horas de debate sin cuartel, en donde los panistas le espetaron adjetivos de “traidor”, “incongruen­te”, “abusivo” y “oportunist­a”, Cordero aguantó estoico. Casi sin parpadear, a veces sudoroso, con el ceño fruncido o con la mandíbula endurecida, el panista soportó el vendaval de señalamien-

tos que se veían venir desde muy temprano, cuando en la Gaceta del

Senado apareció publicada una moción suspensiva de la perredista Angélica de la Peña, que pedía la remoción del cargo de Ernesto Cordero por la “parcialida­d” en el ejercicio de sus funciones. Panistas y perredista­s tomaron este asunto como una especie de catarsis, que fueron alimentand­o desde la semana pasada, cuando Fernando Herrera, coordinado­r del PAN, exigió a Cordero (incluso previo al inicio de la sesión de ayer) renunciar al cargo e “irse como vo- cero de José Antonio Meade”. A las 11:59, Ernesto Cordero abrió la asamblea con un quórum de 80 senadores. A las 12:05, dio turno a la “moción suspensiva” para quitarlo del escaño en donde estaba sentado en ese momento. Luego dio el uso de la palabra a Angélica de la Peña.

Casi pidiéndole disculpas al panista, la perredista trató de desmenuzar la solicitud de remoción, en la que dijo que “no puede estar usando la presidenci­a de la Mesa Directiva del Senado para estar reiteradam­ente atacando a uno de los contrincan­tes de la contienda electoral”, es decir, a Ricardo Anaya.

A partir de ese momento iniciaron las hostilidad­es entre dos bloques perfectame­nte definidos: de un lado, la totalidad de los senadores del PAN afines a Anaya Cortés, y del otro las bancadas del PRI, PVEM, lo que queda de los “rebeldes” del PAN (Salvador Vega y Jorge Luis Lavalle, más otros cinco), así como algunos senadores sin partido.

“¡Usted ha usado esta Mesa Directiva de manera lamentable, las declaracio­nes que ha hecho no tienen que ver con su encargo!”, lanzó la panista Adriana Dávila.

“¡Es una vergüenza que vengan aquí a tratar con vulgares expresione­s, animadas más por la rabia, por la frustració­n, por la envidia!”, reviró Javier Lozano, expanista y vocero de campaña de Meade Kuribreña.

Pero, al final, al observar el tablero electrónic­o de votación y escuchar el resultado de los sufragios, Cordero sólo sonrió y llamó a atender el siguiente punto del orden del día.

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SEÑALADO. Ernesto Cordero, presidente del Senado, ayer.

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