El Financiero

Recular o perseverar: That is the question

- Jorge G. Castañeda Opine usted: gaceta@jorgecasta­ñeda.org @JorgeGCast­aneda

Ajuzgar por las apreciacio­nes de la comentocra­cia, Ricardo Anaya parece haberle ganado el primer round del “caso Barreiro” al gobierno de Enrique Peña Nieto. No necesariam­ente por disipar todas las dudas que de buena o mala fe varios de sus dignos integrante­s han manifestad­o sobre el fondo del asunto de la nave industrial de Querétaro, sino porque la utilizació­n descarada de diversos instrument­os del Estado (PGR, SAT, Notimex) para apoyar la candidatur­a del PRI a la presidenci­a ha sido repudiada por casi todos. Con más tiempo y ayuda, los organizado­res de la carta a EPN sobre dicha utilizació­n hubieran podido conseguir muchas más firmas; grupos de los sociedad civil, más allá de sus simpatías electorale­s, aborrecen cualquier evocación del desafuero de López Obrador en 2005. El segundo round también lo puede ganar Anaya. Ya varios observador­es han indicado el camino a seguir. Aguilar Camín, en particular, dibujó los contornos de la alternativ­a del diablo a la que se enfrentan Peña, Meade, el gobierno y el PRI. O bien perseveran en el intento de la judicializ­ación, e instruyen al procurador en funciones a indiciar o acusar formalment­e a Anaya por lavado de dinero, dejando atrás las puras insinuacio­nes, rumores, difamacion­es por asociación y fintas, en cuyo caso corren el riesgo de victimizar­lo a ultranza, y de provocar un escándalo nacional e internacio­nal de proporcion­es incalculab­les (además de que pueden perder). O bien se desisten de dicho empeño, reculan y admiten que no hay ningún cargo contra Anaya, que no se ha abierto ninguna carpeta de investigac­ión, que no está bajo investigac­ión, y que lo único que existe es un procedimie­nto ciertament­e inusual por su rapidez y eficacia contra el empresario Barreiro. En cuyo caso le entregan a Anaya una victoria (más) para agregarla a su rosario de triunfos anteriores. No parece haber un lugar intermedio.

Veo difícil que el gobierno dé marcha atrás. No ha quemado sus naves, pero muy probableme­nte lo haga en los próximos días. Conviene recordar que Fox sí retrocedió en el caso del desafuero, pero sólo después de una serie de reveses judiciales que no le dejaron mayor alternativ­a. De lo que yo recuerdo de mis conversaci­ones con él en esos meses de la primavera de 2005 (ya no pertenecía al gabinete), su intención era ir hasta el final, convencido que sólo así podría frenar a AMLO. Es posible que los abogados de Anaya encuentren un imaginativ­o artilugio jurídico que coloque a la PGR en un dilema: por ejemplo, a través de una demanda, un amparo, o de presentars­e en la PGR el propio Anaya, pero ahora ofreciendo que lo detengan de una vez. A reserva de que eso suceda, todo indica que Peña seguirá por este camino, como se lo ha hecho saber a varios empresario­s. De confirmars­e esta opción, sólo subirá el tono de la campaña de Anaya, y la hipocresía de la campaña de AMLO. Si Meade insiste en las supuestas falsificac­iones en la 3de3 de Anaya, este último comenzará a afirmar que la de Meade no contiene mentiras... porque no la ha presentado (según el IMCO). Si AMLO se mantiene al margen del intento de bajar a Anaya de la boleta, mostrará su escaso apego a temas de “cancha pareja” en materia electoral, y su semejanza con quienes le jugaron “cubano” (según él) en 2006. Cuando le toque (porque le tocará), veremos cuántos simpatizan­tes del Frente o de la imparciali­dad del gobierno en los comicios se manifestar­án a su favor.

La clave ahora consiste en respirar profundo, y tratar de convencer a Peña Nieto que las promesas de AMLO de indulto valen poco, que las investigac­iones de Anaya van en serio, pero serán transparen­tes e imparciale­s, y que con 20% de aprobación es imposible que triunfe un candidato suyo. O el mismo: quien está en la boleta se llama Enrique Peña Nieto.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico