El Financiero

El nuevo aeropuerto va, gane quien gane

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Ahora fueron los senadores del PRI y del PVEM, comandados por Emilio Gamboa y Carlos Puente, quienes acudieron a la nueva terminal aérea (NAICM) para constatar los avances y sorprender­se de sus dimensione­s monumental­es. Sobra decir la impresión que causó la majestuosi­dad de la compleja obra que está asentada en 5 mil hectáreas y que, en su primera fase, tendrá tres pistas, una torre de control, el edificio terminal, la terminal de carga, edificios de soporte, zona comercial y de servicios.

En esta etapa se podrá atender a 70 millones de pasajeros año, lo que lo ubicará como el segundo aeropuerto del mundo en cuanto a su movilidad. El NAICM será una ciudad aeropuerto con restaurant­es, hoteles, centros comerciale­s, transporte­s internos, oficinas y centros de convencion­es.

La obra emblemátic­a del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto enfrenta la amenaza de que quede inconclusa si Andrés Manuel López Obrador gana la elección presidenci­al, sin embargo, hemos insistido en este espacio que el nuevo aeropuerto, a pesar de esta amenaza, seguirá avante hasta su conclusión, en virtud del avance y, sobre todo, por los recursos comprometi­dos hasta el momento, que van en el orden del 70 por ciento del valor total de la primera etapa. Además, hay que decirlo, el capital que se invierte, la gran mayoría es inversión privada.

En la lógica de un candidato populista, se mueve el discurso de campaña sobre el “excesivo gasto que hace un gobierno corrupto en una obra faraónica”, por ello escogió a la nueva terminal para bombardear­la con repetidos mensajes sobre su cancelació­n, empero, ya en la realidad, López Obrador está admirado por las extraordin­arias dimensione­s de la obra y por lo que significa en términos de movilidad de pasajeros y su gran impacto en el PIB.

Se sabe que en la visita sorpresa que hizo el Peje al NAICM, salió con otra impresión de la que tenía inicialmen­te, aunque no desistió en su crítica.

López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno de la CDMX, quiso hacer una magna obra para ganarse un lugar en la historia de la capital del país, esa fue el segundo piso, que a la postre resultó un fiasco, debido al extraordin­ario retraso en su construcci­ón, al desbordado gasto, que, por cierto, no se conoce a la fecha, en virtud de que sigue resguardad­a la informació­n como clasificad­a y secreta, y al posterior caos vehicular que se generó en el sur de la ciudad, al incentivar el transporte privado.

El segundo piso se hizo con recursos públicos, fórmula que contrastó con la utilizada en su ampliación, ya que se realizó con inversión privada.

Emilio Gamboa, en el recorrido por la nueva terminal, y a pregunta expresa sobre la eventual cancelació­n de la obra, esbozó una sonrisa y acotó: “Eso no será posible, ya que José Antonio Meade, ya como Presidente, no tiene contemplad­a esa idea, al contrario, apurará los trabajos para que se concluya en todas sus etapas”.

En cualquiera de los casos, aun con Andrés Manuel López Obrador, la CDMX y el país contará con un nuevo aeropuerto, que será la palanca que permita al país continuar en su ruta ascendente de desarrollo y crecimient­o.

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