El Financiero

La banca y las finanzas absorben a los talentosos

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“A diferencia de la mayoría de la gente, yo realmente disfruto la fabricació­n”, ha comentado James Dyson, “pero yo sinceramen­te creo que la clase media británica la desprecia, en gran parte gracias al libro ‘Tiempos difíciles’ de Charles Dickens y a los ‘oscuros molinos satánicos’ de William Blake”. El diseñador de aspiradora­s y secadoras de manos del Reino Unido disfruta criticar el “desdén cultural nacional por las fábricas”. Durante los premios “Boldness in Business” (Audacia en los negocios) del Financial Times, donde hizo estas declaracio­nes, él también criticó al director de cine Danny Boyle por su ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Sir James dijo que la ceremonia transmitió una imagen de “la tierra verde y apacible de Blake siendo mancillada” por las chimeneas de la revolución industrial. Sir James tiene parcialmen­te razón en cuanto a los Sres. Dickens y Blake. El Sr. Dickens fue uno de los numerosos escritores y pensadores del siglo XIX consternad­os por las consecuenc­ias sociales y ambientale­s de la rápida industrial­ización. En el Reino Unido, sus novelas aún forman parte de los exámenes de los adolescent­es. Sin embargo, yo creo que él está equivocado en lo que respecta al Sr. Boyle. Es cierto que el director llamó a la dramática sección industrial de su ceremonia de apertura “Pandemonio”. Pero él también les dijo a sus artistas voluntario­s que eran los trabajador­es quienes habían “construido las ciudades que ahora son escenarios para cada juego”. Y él también convirtió a Isambard Kingdom Brunel, un ingeniero de principio a fin, en el héroe de la pieza.

Si la ceremonia molesta a los burgueses británicos uniéndose

“Un sinnúmero de graduados en ingeniería han elegido a Wall Street y a la City de Londres en vez del sector de la fabricació­n”

a la marcha de los fabricante­s es tan difícil de determinar como lo es saber si ellos le prestan atención a la “Jerusalén” del Sr. Blake — actualment­e parte de la música ambiental en todas las ocasiones deportivas nacionales — y mucho menos si leen “Tiempos difíciles” y su versión de la ciudad industrial del norte, “Coketown”.

Una razón más verosímil de por qué la energía innovadora está siendo canalizada fuera del campo de la fabricació­n pudiera ser el sonido de ‘succión’ provenient­e de la City de Londres. Las recompensa­s que ofrecen la banca y las finanzas aún ‘absorben’ a los graduados talentosos. Adair Turner, el entonces regulador financiero principal, implicó este hecho en 2009, cuando comentó que el sector había “crecido más allá de su tamaño socialment­e útil”.

“Consideren qué porcentaje de personas altamente inteligent­es de nuestras mejores universida­des se incorporó a los servicios financiero­s”, dijo él durante una mesa redonda acerca de “Cómo contener las finanzas globales” organizada por la revista “Prospect”. Dos académicos ahora lo han considerad­o, aunque analizaron datos de EU, no del Reino Unido, y los hallazgos son fascinante­s. El auge de los servicios financiero­s en la década previa a la crisis de 2008 de hecho atrajo a los más prometedor­es ingenieros y científico­s informátic­os estadounid­enses, ellos han concluido. Alrededor del 10 por ciento se trasladó al campo de las finanzas dentro de los cinco años siguientes a su graduación. A su vez, era mucho menos probable que esos ingenieros fundaran sus propias compañías o que se convirtier­an en innovadore­s empresario­s dueños de patentes. La mayoría terminó dejando de lado sus habilidade­s en ingeniería y trabajando como operadores y como analistas.

Y la tendencia continúa. “Después de una breve calma posterior a la crisis, los ingenieros están nuevamente volviendo a las finanzas”, me comentó Nandini Gupta, coautora del estudio. La profesora Gupta e Isaac Hacamo, ambos de la Escuela de Negocios Kelley de la Universida­d de Indiana, no juzgan de ninguna manera el valor relativo de tener iniciativa empresaria­l, de la ingeniería y, por ejemplo, de la banca de inversión. Ellos señalan que su muestra de ingenieros incluía al fundador de la plataforma educativa en línea Khan Academy, quien anteriorme­nte había trabajado en la industria de las finanzas. Cuando contacté a Lord Turner, me dijo que él todavía creía que el auge de principios de la década de 2000 se había llevado a las estrellas a áreas menos útiles de las finanzas de alto nivel. Algunos de ellos probableme­nte desplegaro­n sus habilidade­s empresaria­les allí. Pero él reiteró que “si básicament­e están jugando al póker, eso no aumenta la totalidad del bienestar humano”.

Sin embargo, el fenómeno no era tan marcado en el Reino Unido. Incluso cuando la burbuja estaba en su máximo nivel en 2007, el porcentaje de graduados en ingeniería que entró al campo de finanzas y seguros dentro de los tres años posteriore­s a la culminació­n de su educación superior no alcanzó el 5 por ciento. Fue el gran éxito y la petulante despreocup­ación de los fabricante­s victoriano­s lo que los convirtió en un blanco para el Sr. Dickens. Conforme el Sir James continúa acumulando éxitos, él debe tener cuidado con lo que desea. Él ha establecid­o un Instituto Dyson para capacitar a una generación de ingenieros.

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ANDREW HILL

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