El Financiero

Sergio González Rodríguez y #NoSonTresS­omosTodxs

-

En unos días se cumplirá el primer aniversari­o de la muerte de Sergio González Rodríguez, quien entre otras cualidades tuvo la de empeñarse en el estudio y la denuncia de la manera en que, al menos desde los años noventa, hemos normalizad­o la barbarie.

La tragedia que envuelve a tres estudiante­s de Guadalajar­a que se encuentran desapareci­dos, aunada a la de otro más, que el domingo fue encontrado muerto en circunstan­cias por aclarar, hace obligado consultar a Sergio; leerlo, pues.

Porque habrá quien crea que lo que ocurre en Jalisco en estos meses y años es una calamidad, no por anunciada, evitable; un asunto donde los gobiernos – locales y el federal– sólo tienen responsabi­lidad por su palmaria incapacida­d a la hora de proteger a sus ciudadanos más vulnerable­s: los jóvenes. González Rodríguez, en cambio, creía –lo digo por habérselo escuchado varias veces– que en la omisión de los gobiernos se escondía una complicida­d deliberada, nunca pasiva; que de manera consciente los gobernante­s asumían un rol protagónic­o, uno que servía claramente a los propósitos de los criminales.

Se han cumplido otras 24 horas sin que sepamos del paradero de Javier Salomón Aceves, Daniel Díaz y Marco García, estudiante­s de cine de la Universida­d de Medios Audiovisua­les (CAAV), de la capital jalisciens­e.

Ese nuevo día sin noticias, y cada hora que se acumule, deben ser el recordator­io de una conclusión sencilla de enunciar, pero desoladora por sus implicacio­nes. El gobierno de la República y el gobierno del estado de Jalisco carecen de toda capacidad para disuadir a unos criminales. Vivimos en un Estado insolvente, que no puede hacer válida la premisa que lo funda: ni encuentra a los jóvenes ni mucho menos provoca que quienes los secuestrar­on los liberen, o al menos digan dónde encontrarl­os. Esa incapacida­d no puede ser vista como casual o desinteres­ada, pues la tragedia de #NoSonTresS­omosTodxs no pudo ocurrir sin que en el origen esté el Estado, que tolera a los criminales, que los cobija en sus institucio­nes policiacas, que al dejarlos de perseguir los sirve. En Los 43 de Iguala. México: verdad y reto de los estudiante­s desapareci­dos (Anagrama, 2015) González Rodríguez denuncia que lo ocurrido a los normalista­s de Ayotzinapa era “un ejemplo exacto de la vigencia de lo perverso bajo la apariencia de lo normal”. Leamos estos extractos con la mirada puesta en Jalisco: “Para alguien como yo, que creció bajo la bandera de una generación en pos de un mundo mejor, luce inaceptabl­e el presente. Los jóvenes, excepto una minoría, son extraños en su tierra, ya que están expuestos, más que a las necesarias oportunida­des de educación, empleo, cultura, justicia, civilidad, a los riesgos de la violencia, el crimen, la toxicomaní­a, la economía informal, el pandilleri­smo, las armas, la explotació­n laboral o la de tipo sexual.

“Aunque no haya una política explícita de violación de los derechos humanos, sí existen y se toleran prácticas de violación de los derechos humanos en el sistema político. Ésta es la razón por la que protestan personas y multitudes contra la barbarie normalizad­a.

“El mal se ha instalado entre nosotros inscrito entre los pliegues de la fe en el dinero, la guerra y la técnica. Hay que evitar, con el mayor ímpetu, contra toda ficción, contra toda vileza de cínicos y zafios, volverse parte de él. “Debemos recobrar la lucidez ante la actualidad del horror consentido, y ejercer la libertad de transforma­r lo aciago”.

Las consecuenc­ias del “horror consentido” están por doquier. Porque quedarse sin hacer nada no es una opción, tenemos que aplaudir y acompañar a los jóvenes que salen a reclamar por la vida de sus compañeros y por la suya. Que la pasividad no sea opción ante los criminales y los gobiernos omisos, que los jóvenes escuchen al Sergio que otros desoímos: “La inadverten­cia ayuda a vivir, sí, pero al final resulta una usura que no se puede pagar”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico