JUAN IGNACIO ZAVALA
La decisión del TEPJF de instalar a El Bronco en la boleta ha metido a todos los actores del proceso en problemas. Y es lógico, se trata de meter a uno más en un coche que era para cuatro así que, de entrada, no todo es comodidad, pues todos han salido raspados o incomodados. Más allá de que no me gusta el personaje, me parece oportuno realizar un repaso de qué es lo que ha provocado su inclusión en la boleta.
El TEPJF por supuesto es un gran afectado. No recuerdo una condena tan amplia a esa instancia. Siempre había en la opinión pública quienes defendieran sus decisiones. No es el caso en esta ocasión. Su decisión y su pleito con el INE no los han dejado bien parados. Salieron a dar una conferencia de prensa para defenderse pero eso no será de gran ayuda. Independientemente del resultado de las elecciones, el TEPJF poniendo a El Bronco en la boleta se ha colocado en el carril del desprestigio y será difícil que salga de ahí.
Al INE también le fue mal aunque no acarreó el desprestigio del tribunal. Pero que le enmendaran la plana de esa manera y con ese caso, los dejó en una situación muy precaria. Sus decisiones no parecen servir pues tienen al ”enemigo” que nada más espera el momento de darle reversa a lo que ellos avanzaron o suponían haber avanzado. Además, el señor Bronco ya amenazó con estar jorobando al INE sistemáticamente hasta con demandas y parece ser que el tipo sí puede ser un verdadero dolor de cabeza. De entrada ya se tuvo que rehacer el formato del debate y les impugnó a uno de sus conductores. A Margarita, aunque son trayectorias y objetivos electorales completamente distintos, también le hace ruido, es innegable. De entrada puede ser que se comparta algo de lo que había de voto independiente que ya tenía ella, le quita la exclusiva de independiente o sin partido. Además de que tendrán que compartir escenarios y críticas contra los partidos, aunque no necesitan ocuparse uno del otro pues no tienen tiempo que perder entre ellos, deberán encontrar cada uno su espacio y tono, que Margarita ya tenía y tendrá que rearmar.
A Ricardo Anaya, lo cuestionará todo el tiempo con esa movilidad que le da no pelear el segundo lugar. Con su estilo norteño, simpaticón, El Bronco buscará la manera de estar en el escenario y hacer eco de los ataques contra Anaya – por si no tuviera flancos abiertos- y no le concederá ser el opositor de AMLO. Contrastará el perfil modernista de conferenciante motivador que tiene el que fuera panista con su perfil sencillo y dicharachero.
Lo mismo hará con Meade. Criticará su experiencia, su formación universitaria, su perfil técnico y pertenencia la PRI. Meade y Anaya recibirán ataques de parte de El Bronco que no estaban en la mesa con los otros contrincantes: AMLO porque no quiere engancharse y Margarita porque ese tipo de golpes que soltará el nuevo integrante en la boleta no va con su estilo.
Y finalmente AMLO, que parece ser el objetivo de la candidatura del norteño. A López Obrador no lo va a soltar, estará encima de él emparejando lenguaje, ejemplos y casos. Quién sabe si le dé tiempo de hacerle daño pero logrará colocar algunos de sus dardos en el tabasqueño, sobre todo en le debate y quizá lo pueda hacer con éxito.
Y finalmente los medios de comunicación, que tendrán que hacer un lugar más en sus mesas y debates así como en entrevistas, aunque posiblemente El Bronco resulte más divertido mediáticamente que otros candidatos.
“El TEPJF poniendo a El Bronco en la boleta se ha colocado en el carril del desprestigio”