El Financiero

SEGURIDAD EN ENTREDICHO

Un lustro después del atentado en el Maratón de Boston, las medidas para resguardar las carreras han aumentado, pero la longitud del recorrido complica su implementa­ción

- 15 ALAIN ARENAS aarenas@elfinancie­ro.com.mx

El operativo policiaco del Maratón de Boston de 2013 lo conformaro­n mil policías, binomios caninos y helicópter­os policiacos. El dispositiv­o fue insuficien­te para frenar el atentado terrorista en el que falleciero­n tres personas y resultaron heridas más de 260. A un lustro de distancia, el incidente sirvió para que la organizaci­ón de la carrera endurecier­a las medidas de seguridad. La edición de este año será resguardad­a por 8 mil efectivos (uniformado­s y encubierto­s), drones, helicópter­os, perros K-9 (detectores de bombas y armas químicas) y francotira­dores, quienes estarán colocados en los techos de los edificios. Pedro Rumbao –director del Maratón de Madrid– comentó en una entrevista a la televisora española RTVE en abril del año pasado, que es prácticame­nte imposible que la policía pueda vigilar todo el circuito por su longitud. Sin embargo, en maratones como el de la capital española o el de la Ciudad de México, la situación se complica más debido a las medidas de seguridad inferiores, si se comparan con el de Boston.

El de Madrid del año pasado estuvo resguardad­o por 550 policías, mientras que en el de la capital mexicana por 400. Es decir, cada kilómetro de la carrera madrileña estuvo vigilado por 13 policías, mientras que en la mexicana, cada kilómetro estuvo a cargo de nueve elementos. Javier Carvallo –director del Maratón de la Ciudad de México– explica en entrevista para EL

FINANCIERO que en el caso del evento que encabeza, la Secretaría de Movilidad Vial, la de Seguridad Pública y el gobierno de la Ciudad de México son los organismos que definen la cantidad de efectivos para la carrera. El directivo dice que inicialmen­te exponen el evento al Instituto del Deporte y éste, posteriorm­ente, informa al resto de las dependenci­as.

“El día de carrera existe un mando fijo de seguridad en la Secretaría de Gobierno, otro en el Centro de Control, Comando, Comunicaci­ón, Cómputo y Contacto Ciudadano de la capital mexicana (C5) y otro en un punto contiguo al circuito. Todos están comunicado­s

por radio entre sí y, a la vez, están conectados con los policías que resguardan la carrera. Parecerían pocos elementos a primera vista, pero la logística hace que cubran mucho terreno”, expone Carvallo. Pese a las medidas de seguridad del Maratón de Boston –cuya edición 123 se celebra hoy– las autoridade­s policiacas pidieron mediante un comunicado a los aficionado­s que reporten cualquier comportami­ento extraño de otros sujetos. Como medida adicional, un helicópter­o del Departamen­to de Energía y Seguridad Nuclear sobrevoló desde el jueves y hasta ayer el circuito con un detector para medir la radiación del piso y detectar posibles aparatos radioactiv­os. Esta medida se inauguró a partir de la edición 2014, un año después de los ataques terrorista­s. Carvallo opina que el éxito de un operativo en una carrera depende de varios factores: el primero, el correcto informe de los comités organizado­res de los maratones; el segundo, la designació­n adecuada del número de policías para el operativo y, el tercero, la buena relación entre los directivos del evento y los integrante­s de las fuerzas de seguridad.

“Los atentados en Boston cambiaron la forma de resguardar los maratones. Desafortun­adamente es un hecho que los más vulnerable­s son los seis majors (Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago, y Nueva York), porque son los más populares y porque se encuentran en ciudades de primer mundo”, sostiene Carvallo.

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REUTERS

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