El amateurismo y la localidad triunfan en la calle de Boston
Yuki Kawauchi venció el frío, el viento y la lluvia que azotó Massachusetts para ganar el Maratón de Boston con tiempo de 2:15:58 horas. El corredor, de 31 años, es el primer japonés en ganar la competencia desde Toshihiko Seko, quien lo hizo en 1987. La actividad principal de Kawauchi no es correr maratones. Trabaja como conserje en una secundaria de su natal Saitama, en la que tiene que laborar 40 horas a la semana. Una vez que concluye sus responsabilidades se dedica a entrenar ocho horas diarias para sus competencias. Su trayectoria es brillante. Comenzó a correr en el 2009 y ese año corrió tres maratones (Oita, Tokio y Fukuoka),queconcluyópordebajode las dos horas y 20 minutos. En total ha corrido 81 maratones (un promedio de diez por año) y la victoria en Boston fue su cuarto en lo que va del 2018. El japonés no cuenta con patrocinadores ni entrenador, porque –dice- limitan su forma de entrenar y las carreras en las que quiere competir. Por lo anterior, se ganó el apodo del corredor ciudadano.
Kawauchi registra 34 victorias y la de Boston fue su primera en
majors. En 50 ocasiones ha subido al podio. Sus triunfos más destacados, antes del de ayer, fueron los que tuvo en Zurich (2016) y Oslo (2017). También ha participado en los Campeonatos Mundiales de Atletismo, en Moscú 2013 y Londres 2017, en los que terminó décimo octavo y noveno, respectivamente. Su único pendiente es correr en unos Juegos Olímpicos, algo que aún no ha podido hacer.
Para participar en los Mundiales de Londres -y en el resto de las competencias- pidió un permiso al colegio en el que trabaja. Lo mismo hizo para correr en las calles de Boston. Su legado ya fue transmitido a Yoshiki y Koki –sus hermanos menores- quienes también se convirtieron en maratonistas.
Por otra parte, la estadounidense Desiree Linden se quedó con la victoria en la rama femenil (2:39:54 horas). Fue el primer triunfo de una corredora de la Unión Americana desde la de Lisa Weidenbach en 1985.