ALEMANIA Y LONDRES TIENEN PROBLEMAS
Las controversias alrededor de la construcción de nuevos aeropuertos no son exclusivas de México. Sospechas de corrupción, sobrecostos y los debates sobre su operación y rentabilidad han acompañado a los proyectos de nuevas terminales aéreas en Alemania y Reino Unido. Ante el rezago de Berlín frente a otras ciudades europeas en rutas aéreas, el gobierno federal presentó un proyecto de nuevo aeropuerto que trasladaría a poco más de 30 millones de pasajeros anuales, con una ampliación a 50 millones. Su inauguración estaba prevista para 2012, pero no sucedió debido fallas técnicas, problemas con los sistemas de seguridad contra incendios y varias denuncias de corrupción que atrasaron su inauguración, por lo que la nueva fecha para su apertura es en 2020.
Se estima que su costo de construcción supera los 5 mil millones de euros, monto que triplica el presupuesto original que se tenía planeado.
Otro ejemplo es Londres, que, a pesar de contar con cinco aeropuertos, el Departamento de Transporte (DFT) de este país prevé que para 2034 habrá una saturación e incapacidad para satisfacer la demanda de pasajeros. Ante esta problemática, el DFT propuso ampliar el aeropuerto del Reino Unido, ubicado en Heathrow. El Departamento de Transporte de Londres considera que al agregar una tercera pista al aeropuerto de Heathrow se mejorará la conectividad del país.
Pero los principales detractores de esta construcción son diversos grupos ambientalistas, que consideran que una nueva pista aumentaría las emisiones de dióxido de carbono, lo que contribuiría considerablemente con el calentamiento global.