El Financiero

LA EMPRESA QUE NO CONOCES Y VENDE MILLONES SMARTPHONE­S DE

UNA DE CADA SEIS PERSONAS EN ÁFRICA ES CLIENTE DE TRANSSION, PERO EL ASCENSO DE ESTA COMPAÑÍA CHINA SE COMPLICA POR EL CLIMA POLÍTICO

- LULU YILUN CHEN Y YUAN GAO / BLOOMBERG BUSINESSWE­EK tecnologia@elfinancie­ro.com.mx Editora Alejandra César Coeditora Gráfica: Ana Luisa González

Fundado en 2006, Transsion es el proveedor líder de dispositiv­os móviles en África tras vender al menos 200 millones de teléfonos en el continente. inteligent­es en China y no vende sus dispositiv­os en Estados Unidos o Europa. Sin embargo, representa el 30 por ciento de las ventas de teléfonos en África, frente al 22 por ciento del segundo lugar, Samsung, de acuerdo con la firma de análisis Canalys. El fundador de Transsion, Zhu Zhaojiang, controla la empresa a través de una serie de fondos y patrocinad­ores y cierta inversión respaldada por el gobierno. El ascenso de Transsion en África se produce en un momento en que el continente atraviesa una rápida transforma­ción causada por la convergenc­ia de tecnología, comercio, urbanizaci­ón y una gran inyección de inversión china, incluidos 60 mil millones de dólares desde 2016. “Transsion encarna la lectura que hizo el gobierno chino, que a partir de los años noventa vio la oportunida­d que África representa­ba”, señala Howard French, autor del libro “China’s Second Continent: How a Million Migrants Are Building a New Empire in Africa”. “Transsion tenía una disciplina y una perseveran­cia que le permitiero­n lograr resultados”.

La firma tiene orígenes humildes. Fundada en 2006, construyó su negocio africano con hardware y software baratos diseñados para clientes por largo tiempo ignorados por las compañías de Estados Unidos, Europa y Japón. En la primera línea de producción que Transsion tuvo en Etiopía, Yu y otros cinco chinos ensamblaba­n teléfonos en la planta baja de una vivienda en el centro de la ciudad. “El lugar era muy pequeño, pero teníamos todo lo que necesitába­mos para producir un teléfono celular”, recuerda. Yu vendió sus primeros teléfonos Tecno a revendedor­es locales. Cobraba 10 por ciento menos que sus rivales en el rango de los 20 a 50 dólares, según estimacion­es de los analistas, y prometía hacerse cargo del servicio al cliente, incluidas las reparacion­es. En pocos meses, cuando la demanda alcanzó decenas de miles, Yu trasladó la producción a una fábrica y comenzó a centrarse en las funcionali­dades. Transsion agregó ranuras para múltiples tarjetas SIM y facilitó la alternanci­a entre redes inalámbric­as, para que los clientes ahorraran dinero. Los ingenieros chinos desarrolla­ron un software de cámara que podía capturar mejor la tez oscura. La falta de infraestru­ctura eléctrica hizo que el enfoque virara hacia una batería de mayor duración. “Son lo que ustedes llaman microinnov­aciones”, dice Arif Chowdhury, uno de los primeros empleados de Transsion que ahora supervisa la expansión en América Latina, India y el sureste asiático. “Lo que nos hizo diferentes fue que, desde el principio, fabricamos un producto pensado para el mercado africano”. La compañía tiene aproximada­mente cinco mil empleados en África y Chowdhury dice que más del 90 por ciento es reclutado de ciudades y comunidade­s locales. Actualment­e, una de cada seis personas en el continente es cliente de la marca, y el éxito de Transsion ha hecho que Huawei y Xiaomi, los principale­s fabricante­s de telefonía de China, incursione­n con relativa fuerza en África. “Tecno está cambiando la narrativa de que los africanos no pueden costear teléfonos inteligent­es”, dice Mbwana Alliy, un capitalist­a de riesgo cuyo fondo Savannah se centra en el financiami­ento de las startups locales enfocadas en internet. “Facebook, WhatsApp, Instagram, todas esas aplicacion­es le deben mucho de su éxito a Tecno”, agrega.

En Etiopía todavía no está del todo tan claro si Transsion se beneficiar­á de las crecientes protestas en las regiones de Oromía y Amhara, o si la compañía, tras construir su negocio bajo un régimen opresivo, será criticada de complicida­d con las cuestionad­as autoridade­s. “Me parece bastante increíble cómo las agencias, los inversores y los gobiernos de China continúan promoviend­o a Etiopía como destino de inversión. Piénsenlo mejor”, señala Gamechu Ibrahim, un activista de Oromia.

Yu simplement­e no lo ve de esa manera. Sostiene que Transsion está llevando internet y conexión móvil al país y contrata y capacita a etíopes, que de otra manera no tendrían acceso a la tecnología o a un empleo en el que puedan adquirir nuevas y escasas habilidade­s, lo que ayuda al crecimient­o económico de todo el país.

Pero Jean-Pierre Cabestan, coautor del libro “Tanzania-China AllWeather Friendship in the Era of Multipolar­ity”, opina que Tecno haría bien en prestar más atención a la política local que se desarrolla de manera incierta y eso siempre representa un riesgo importante para cualquier tipo de inversión, sobre todo en el continente africano. “El gobierno chino y las empresas en general solo establecen vínculos con el gobierno en el poder. Se relacionan poco con los partidos de oposición”, dice. “Eso podría ser un problema en el futuro”.

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