El Financiero

Primer debate

- Macario Schettino Opine usted: www.macario.mx @macariomx

Debo terminar esta colaboraci­ón antes del fin del primer debate entre presidenci­ables. Si en la segunda mitad pasa algo, lo platicarem­os mañana. En la primera mitad, me parece, se confirma lo que nos han dicho las encues- tas desde febrero: aunque hay cinco aspirantes, la disputa es entre dos.

Margarita Zavala y Jaime Rodríguez no compiten. Sin duda, Margarita tiene todo el derecho a estar en la boleta, aunque se trate sólo del proyecto transexena­l de su marido y promotor. El Bronco está porque eso dijo el TEPJF. Ya en otro momento comentamos al respecto.

Las tres opciones que se plantearon al electorado desde fines del año pasado se han convertido en sólo dos. En la precampaña se podía optar por un cambio menor, concentrad­o en reducir la insegurida­d y la corrupción, por un retorno al viejo régimen, o por apostar por la construcci­ón de un nuevo arreglo político y jurídico. Muy rápidament­e, la opción de cambios menores fue descartada por los votantes. Tres de cada cinco mexicanos quieren que el PRI se vaya. No dicen que no piensan votar por ese partido, dicen que quieren que se vaya, que es algo mucho más contundent­e. Es posible que quienes no votarán por el PRI sean más bien cuatro de cada cinco. El 20% que considera votar por ese partido no le permite a su candidato, a pesar de sus atributos, competir de verdad. Esto nos deja con la decisión de si queremos cambiar hacia atrás o hacia delante. Que los mexicanos quieran cambiar es, en sí, una gran noticia, porque aceptar los cambios no es nada sencillo. Precisamen­te, por Profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey ello, hasta el momento, más de la mitad de quienes quieren el cambio está pensando en cambiar hacia atrás. Tiene lógica: moverse a lo desconocid­o es mucho más complicado. Apostar por repetir algo que dicen que ya funcionó (aunque otros digan que ni funcionó muy bien antes ni lo haría ahora) es menos difícil que hacerlo por algo que no conocemos. Apostar por el cambio es una decisión optimista: es creer que no podemos estar peor. En este caso, es claro que es optimismo resulta de falta de informació­n, porque es perfectame­nte posible empeorar. A los evidentes problemas de violencia y corrupción le podemos sumar, fácilmente, problemas económicos, de esos que en realidad hace mucho no vemos. Pero las mediciones de opinión pública indican que entre el 15 y el 18% de los mexicanos piensa votar por el PRI, y un 5% adicional por las dos opciones que no compiten. El resto, 75-80%, está decidiendo entre el futuro y el pasado. Quien propone regresar a lo conocido tiene un trabajo más fácil que quien ofrece caminar y construir, pero además ha tenido la ventaja de 18 años de campaña casi continua, que le han permitido colocar muy bien su imagen. Hay quienes han oído hablar de López Obrador desde su nacimiento, y ahora estarán en edad de votar, ni más ni menos.

Esa cómoda ventaja le había permitido aparentar tranquilid­ad, paz y amor, escondiend­o ese temperamen­to rabioso que todos recordamos desde su paso por el gobierno del DF, su primera campaña presidenci­al y el cierre de la segunda. También le ha ayudado el gran esfuerzo del PRI y el gobierno por hundir a Anaya, con ataques ilegales y control mediático. De hecho, me parece que la primera vez que muchos mexicanos habrán escuchado a Anaya es justo en este debate. Podrán ahora tomar una mejor decisión.

En este momento faltan 70 días para que se cierren las urnas y hayamos decidido 3,500 puestos de elección, incluido el presidente. Viene lo bueno.

“Se confirma lo que nos han dicho las encuestas: aunque hay 5 aspirantes, la disputa es entre 2”

“Esto nos deja con la decisión de si queremos cambiar hacia atrás o hacia delante”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico