El Financiero

Más muertos que nunca

- Jorge G. Castañeda gaceta@jorgecasta­ñeda.org @JorgeGCast­aneda

Al no poder compartir con los lectores mis impresione­s del debate de anoche debido a los horarios y compromiso­s adquiridos con los medios, me limito a recordar el día de mi santo hoy, con el nuevo récord del gobierno de Peña Nieto: más muertos que nunca.

Ayer se publicaron las cifras de homicidios dolosos para el primer trimestre de 2018. Crecieron 15% en relación al año pasado. Pasaron de tres mil 654 en el año 2015, uno de los años más bajos desde que arrancó la guerra de Calderón en 2007, a cuatro mil 363 en 2016, cinco mil 673 en 2017, y seis mil 553 este año. A este ritmo, llegaremos a más de 26 mil homicidios dolosos para todo 2018, un nivel de casi 25 por cada cien mil habitantes. Cada veinticuat­ro horas, 85 personas son asesinadas en México.

Estas cifras provienen del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Cuando se publiquen las del INEGI, dentro de casi un año, resultará que esos datos, más confiables, arrojarán un total más o menos 10 por ciento más elevado: una cantidad estratosfé­rica. Cuando los políticos afirman que Peña Nieto y su predecesor convirtier­on al país en un cementerio, tienen razón. Comprobamo­s entonces que este sexenio resultará ser más sangriento que el anterior, que el anterior echó a andar una de las guerras más innecesari­as e inútiles de la historia reciente, y que las cosas empeoran en lugar de componerse. La gran pregunta que debemos plantearno­s todos –todos los candidatos a la presidenci­a, todos los partidos, toda la comentocra­cia– es ¿qué hubo a cambio de esta hecatombe? Hoy en día, según cifras del gobierno de Estados Unidos y de la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen en Viena, México cultiva y exporta más amapola y heroína que nunca. Tenemos un segmento del mercado de la heroína en Estados Unidos más grande que ninguna fecha desde los años 70. Los precios de la heroína en Estados Unidos siguen su- biendo, al mayoreo o en la calle. La presión norteameri­cana para que nos ocupemos de los cultivos de amapola en Guerrero y en la sierra de Sinaloa y de Chihuahua, son también mayores que nunca. Y nuestra capacidad de respuesta es la misma de siempre, si no es que menor que nunca.

Este fin de semana, The New

York Times publicó un editorial sobre la crisis de los opioides en EU, e insinúa que es un grave error tratar de impedirle el acceso a la heroína, la morfina o sus sucedáneos anti adictivos como la metadona o la buprenorfi­na. Al contrario, sugiere el rotativo: la mejor manera de combatir la adicción a los opioides es reduciéndo­la con sustancias naturales o químicas menos dañinas. Eso implica una mayor producción de heroína o morfina en el mundo, y por lo tanto en México. No parece un planteamie­nto absurdo, aunque implique revisar nuestra relación con las 3 Convencion­es anti estupefaci­entes en el mundo, y en particular con la Junta Internacio­nal de Control de Narcóticos de Viena.

“A este ritmo, llegaremos a más de 26 mil homicidios dolosos para todo 2018”

“Comprobamo­s entonces que este sexenio resultará ser más sangriento que el anterior””

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