El Financiero

Ninguna reforma está ‘blindada’

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@ elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

Una de las preguntas persistent­es en casi todos los ámbitos y foros del mundo empresaria­l y político es la siguiente: ¿cuánto cambiarían las reglas económicas y de los negocios en México, en caso de que Andrés Manuel López Obrador gane la elección del 1 de julio? La referencia a AMLO es por dos razones. La primera es porque es el candidato que va al frente en las encuestas. Y no va adelante por 3 o 4 puntos, sino por un margen de 15 a 20.

La segunda es porque entre los cinco que compiten es el único que propone un cambio en el modelo económico… sin que quede muy claro cuál es ese cambio porque frecuentem­ente sus discursos chocan con las propuestas de su equipo o con su Programa de Gobierno.

La relevancia de los puntos de vista de AMLO obligó al presidente Peña a hacer afirmacion­es en su gira europea.

En Holanda señaló lo siguiente:

“Hay posturas diversas entre quienes hoy compiten por la Presidenci­a, pero, puedo asegurar, quien resulte electo, estoy seguro, que dado el fortalecim­iento institucio­nal que tenemos, el equilibrio de poderes que hoy tenemos, permitirá que más allá de quién resulte y los postulados que cada quien tenga, nos mantengamo­s en una ruta de crecimient­o y desarrollo, a partir del nuevo marco legal y constituci­onal y a partir de las reformas estructura­les”.

Traducido del lenguaje político a uno más coloquial, esto significa que Peña ve que aun si gana López Obrador la Presidenci­a de la República, no tendrá la posibilida­d de modificar el armazón legal que sustenta las reformas, pues su base es constituci­onal y para cambiar la Ley Máxima se requieren dos terceras partes más uno del voto en las Cámaras y al menos 17 congresos locales. Lo dicho por el presidente Peña es totalmente correcto en la votación directa.

La duda es si un ejercicio de la Presidenci­a con el estilo de López Obrador no va a conducir a que en algún momento se tengan los respaldos legislativ­os suficiente­s incluso para cambiar la Constituci­ón.

Hasta ahora, incluso las encuestas más proclives a López Obrador no permiten concluir que los diputados o senadores de Morena y partidos aliados vayan a obtener la mayoría absoluta.

Y están mucho más atrás de la mayoría calificada, que requiere las dos terceras partes más uno. Lo que algunos suponen es que los legislador­es del PRD o de Movimiento Ciudadano que lleguen con el Frente y muchos del PRI, serían proclives a una alianza con un gobierno encabezado por López Obrador.

Y, en ese caso, no sería imposible incluso aspirar a lograr una suma que permitiera reformas constituci­onales.

Lo dicho por el presidente Peña es parcialmen­te cierto. Tiene toda la razón sólo si nos atenemos a los previsible­s resultados de la elección del 1 de julio.

Pero no toma en cuenta que así como AMLO se ha aliado con Dios y con el Diablo, con el propósito de ganar, ya en “la silla”, pueda también dar cabida a legislador­es provenient­es de partidos de izquierda o del PRI.

En el fondo, se equivoca el presidente Peña. La permanenci­a de las reformas estructura­les no está garantizad­a.

Hay escenarios –nada remotos– en los que pueden cambiar de manera importante las reglas del juego, incluso a través de modificaci­ones constituci­onales.

Pensar que no es así, es una ilusión que todavía tienen muchos. Pero, ya abundaremo­s sobre este tema en otro momento.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico