OBISPO: AUN LOS NARCOS, “TODOS TENEMOS UN PEDACITO DE BONDAD”.
Monseñor Salvador Rangel, obispo de Chilpancingo, en Guerrero, aseguró que cada persona, incluidos los narcotraficantes, tiene en su corazón “un pedacito de bondad, por eso me he acercado a ellos”.
“Sé que son personas que están fuera de la ley, cometen delitos atroces, pero si hay un hilito de comunicación con ellos, por qué no creer en la bondad de las personas”, indicó el cura. En entrevista con la periodista Adela Micha en el programa En EF y por Adela, el religioso franciscano señaló que “como dijo San Francisco de Asis cuando estaba muriendo: ‘yo ya hice mi parte, les toca hacer la suya’; entonces, yo puse algo de mí, incurriendo en peligro, pero confié en la bondad de las personas”. –¿Lo que usted hace no abona más a la vulnerabilidad del estado de derecho?
–Si alguien me hace un favor, es de humanos dar las gracias y, sobre todo, que se dieran cuenta de que estaba agradecido, pero no en mi nombre, sino en el de todos los beneficiados. El religioso relató cómo fue su primer acercamiento con las cabecillas de bandas del crimen organizado en Guerrero, y señaló que “fue cuando sentenciaron de muerte a un sacerdote que habló en contra del narcotráfico”. Y subrayó: “Yo lo que hice fue agarrar una monjita e irme a la sierra a buscar al señor y, ya que pasé por ciertos retenes, les dije que era el obispo y que quería hablar con el líder. Dialogué, le dije que me permitiera sacar al sacerdote y que no lo asesinaran, a lo que me respondió que ‘él no lo iba a matar, porque corría peligro con otros grupos’. Esa fue la primera relación que tuve con esas personas”.