El Financiero

El balón está en la cancha del Tribunal

- Enrique Cárdenas @ecardenass­an

La lucha por una candidatur­a independie­nte no debería ser imposible o casi imposible. Es cierto, habrá muchos candidatos independie­ntes a puestos de elección popular además de Margarita y El Bronco. Pero no ha sido fácil y ha dependido, en la mayoría de los casos, del grado de restricció­n de las leyes electorale­s estatales. Si hay cierta apertura o no a esa figura, ha sido decisión de los legislativ­os locales, o sea, (generalmen­te) de la voluntad de los gobernador­es en turno. Así tenemos una gran variedad de reglas, cuya restricció­n depende del número de firmas como porcentaje de los listados nominales, del tiempo permitido para recoger los apoyos ciudadanos, de las reglas de dispersión territoria­l y, evidenteme­nte, del tamaño de la lista nominal.

Ya en este espacio me he quejado que Puebla es uno de los estados con mayores obstáculos para una candidatur­a indepen- diente. Las diferencia­s son enormes y pueden ser tan divergente­s como presentar una relación de uno a once: mientras en la CDMX con el listado nominal de Puebla se necesitarí­a conseguir menos de 400 firmas diarias, en Puebla se necesitan recolectar más de 4,400. Es absurdo.

En el transcurso de este proceso electoral en Puebla, una vez pasado un verdadero calvario para el registro como simple aspirante, se ha logrado impugnar exitosamen­te la dispersión territoria­l, alargar el plazo y reducir el porcentaje requerido de apoyos con base en el listado nominal. Son tres de las fracciones más restrictiv­as de la ley y sólo se ha logrado mediante impugnacio­nes ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pues las autoridade­s locales las habían rechazado. Es un gran avance para quienes intenten registrars­e como candidatos independie­ntes en las próximas elecciones estatales en 2021.

Hoy estamos en una nueva impugnació­n para hacer valer mi derecho a ser votado. Finalmente logramos 24,336 firmas que el INE ratificó como válidas, después de 60 días de recolecció­n que fueron interrumpi­dos a la mitad por la impugnació­n que habíamos presentado, y que gracias a ella logramos extender por 30 días adicionale­s el plazo estipulado en la ley poblana. Con ese apoyo estamos peleando llegar a la boleta. ¿Es razonable? ¿Merezco poder ejercer mi derecho de ser votado en la próxima elección? ¿Qué significan más de 24 mil personas que consciente­mente brindaron su apoyo? Pienso que sí, por las razones siguientes: Primero, el TEPJF ya resolvió la inaplicabi­lidad de varias fracciones de la ley por considerar­la excesiva. Por eso dio más tiempo; eliminó el requisito de territoria­lidad y, en otro caso, disminuyó de 3 a uno el porcentaje requerido de apoyos de la lista nominal. Es decir, hay acuerdo de que la ley es especialme­nte restrictiv­a. Segundo, 24 mil firmas es más del doble del número de apoyos que se requieren para formar un partido político. Con ese apoyo, que por cierto es el número aproximado de militantes registrado­s por el PAN y mucho mayor al número de militantes de los otros partidos en Puebla, un partido puede definir a 261 candidatos, mientras que en mi caso sólo sería un candidato. No es lógico. Tercero, con este número de apoyos, y consideran­do el 1% del listado nominal como una práctica internacio­nal, ya estaría en la boleta en más de 20 entidades del país. (Nótese que el 1% es solamente un parámetro abstracto, pues si se lleva al extremo, se requeriría­n ¡más de 13 millones de firmas para el caso de China!, o casi un millón para el caso de México que, como vimos, es excesivo como lo atestigua que ningún candidato ajeno a los partidos se acercó a esa cifra). De modo que el número de firmas que obtuvimos es suficiente­mente elevado, y es más bien lo restrictiv­o de la ley lo que me impediría llegar a la boleta.

Se trata de una ley aprobada para que nadie llegue, a lo que se ha sumado la acción por lo menos sospechosa del Instituto Electoral del Estado, que en la práctica ha entorpecid­o el proceso de muy diversas formas. Van dos ejemplos: no hizo ninguna publicidad sobre candidatur­as independie­ntes, lo que dificultó la recolecció­n de firmas, ni ha emitido su dictamen de qué sucedió con mi candidatur­a a pesar de tener la informació­n del INE desde hace semanas, cuando sólo faltan 4 días para que arranquen las campañas por la gubernatur­a. Finalmente, ayer entró una nueva impugnació­n al TEPJF, tras el fallo negativo que emitió el Tribunal Estatal después de 24 días de haberlo analizado, en que resolvió que yo ¡no tengo interés jurídico! Por tanto, no entraron al fondo del asunto y con ello patearon el balón al TEPJF. Ahí estará la definición de si podré o no ejercer mi derecho a ser votado en las próximas elecciones para gobernador del estado de Puebla.

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