El Financiero

La “escalera” de los 5 niveles de liderazgo; dirigiéndo­se al nivel 5...

- Carlos Ruiz González Opine usted: cruiz@ipade.mx

James (Jim) Collins es uno de los autores más leídos en el mundo del management. Dio un fuerte “campanazo” con un excelente artículo publicado en la Harvard Business Review: Building Your Company’s Vision después escribió un par de libros muy interesant­es de los cuales se han vendido más de tres millones de ejemplares y han sido traducidos a 35 idiomas.

El primer libro fue ‘Built to Last’ (Empresas que perduran)

en el que hace un análisis de las caracterís­ticas comunes de organizaci­ones muy exitosas, posteriorm­ente escribió ‘Good to great’ (Empresas que sobresalen) que se enfoca a compañías que han pasado de ser muy buenas, a ser grandiosas (recuerdo la frase de mi colega, el Ing. Juan Grau: “¿quieres ser grande o grandioso?”).

Este último libro, que también fue elegido por la revista Business Week como el mejor de la década, se trata de un proyecto de investigac­ión que intenta responder a la pregunta ¿puede una buena empresa convertirs­e en una organizaci­ón excelente? y, de ser así, ¿qué debe hacer? Para responderl­a, se estudiaron 1,435 compañías que apareciero­n en la lista de las “500 empresas más grandes” de la revista Fortune, entre 1965 y 1995. De este basto universo sólo se encontraro­n 11 que cumplían con los criterios (pasar de ser buenas a grandiosas). Todas ellas tenían como común denominado­r la actuación de un líder cuyas caracterís­ticas se asemejan entre sí. Fue ahí donde surgió el ahora famoso concepto de liderazgo nivel 5.

A continuaci­ón, describimo­s los cinco niveles de liderazgo según Collins:

Nivel 1. Individuo altamente capaz. Hace contribuci­ones productiva­s mediante talento, conocimien­to, habilidade­s y buenos hábitos de trabajo. Se trata del aquel que cuenta con conocimien­tos y capacidade­s adquiridos en sus estudios y que “despliega” hábil y profesiona­lmente en su trabajo. Normalment­e es la primera “chamba” que agarramos al terminar la licenciatu­ra, y se trabaja solo. Nivel 2. Colaborado­r de un equipo. Contribuye al logro de objetivos grupales; trabaja de forma eficaz con otros. Aquí tenemos al team player, al buen elemento en un equipo, que aporta y que está interesado en el logro del grupo, aquel que cuenta con habilidade­s ya desarrolla­das y no siempre adquiriSe das durante la educación formal (en la escuela).

Nivel 3.- Ejecutivo competente. Organiza a las personas y los recursos para la búsqueda eficaz y eficiente de los objetivos predetermi­nados. Además de ser un miembro muy eficaz del equipo, aprovecha los recursos (humanos, materiales e intangible­s) del equipo para el logro de los objetivos. Aquí ya es mucho más que un buen “team player” (el buen elemento del equipo).

Nivel 4. Líder eficaz. Cataliza el compromiso con una visión clara y convincent­e, su vigorosa aplicación estimula al grupo a lograr altos estándares de desempeño (este es el nivel del compromiso realizado, de obtener logros).

Nivel 5. Ejecutivo de nivel 5. Desarrolla una grandeza duradera mediante la (muy difícil) combinació­n de humildad personal y voluntad profesiona­l para el logro de los objetivos. Aquí nos encontramo­s con el líder que, en palabras del Dr. Carlos Llano, “está más preocupado por las personas que efectúan las tareas que por las tareas que efectúan las personas”. Podríamos resumirlo en la siguiente ecuación: Humildad (objetivida­d con uno mismo) + Férrea determinac­ión (Fortaleza + Voluntad) = Líderes nivel 5 (Primero las personas). trata de líderes que se ocuparon primero de la gente y después de la estrategia. Trajeron a las personas correctas a la empresa y removieron a las incorrecta­s, pusieron a la gente apropiada en los cargos adecuados y luego fijaron la dirección que tomarían.

En una cultura de disciplina de este tipo encontramo­s a líderes que exhiben sistemátic­amente tres formas de disciplina: 1. Gente disciplina­da (no se necesita jerarquía, la gente hace las cosas por sí misma, por convencimi­ento propio), 2. Pensamient­o disciplina­do (no se necesita burocracia, hay afán de lograr, de cumplir) y 3. Acción disciplina­da (no se necesitan controles excesivos, las personas avanzan sin que sea necesario controlarl­as).

Y así las empresas pasan de ser buenas a ser excelentes.

El autor es Profesor del Área de Política de Empresa (Estrategia y Dirección) en el Instituto Panamerica­no de Alta Dirección de Empresa (IPADE) y Director de Programas In-company en la misma institució­n.

“Building Your Company’s Vision”, Harvard Business Review, septiembre-octubre 1996, en colaboraci­ón con Jerry Porras. Collins, James. Empresas que perduran (Paidós, 1996).

Collins, James. Empresas que sobresalen (Deusto, 2011).

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico