La IA ayudará a dar de comer a la humanidad
Unas 2 mil 500 millones de personas se dedican a la agricultura en todo el mundo, dice la FAO. Es una de las actividades económicas que están más presentes en la humanidad. Lo paradójico es que hay millones de personas con hambre: 11 por ciento de la población mundial; esto contrasta con el estudio del departamento de agricultura de Estados Unidos, donde se asegura que 25 por ciento de la comida en ese país se desperdicia. En México, el Coneval estima que hay 28 millones de personas con carencia alimentaria. Esto tiene que parar.
De ahí que transformar positivamente la actividad agroalimentaria repercuta, literalmente, en miles de millones de personas.
En la agricultura hay muchas actividades repetitivas que las máquinas pueden hacer (como programar el encendido de las aspas de riego). Pero también pueden asistirles en tareas informativas para prevenir plagas o llevar un registro específico de cada planta.
Esto es real y ya hay numerosos proyectos. Por ejemplo, Alphabet, matriz de Google, analiza si el aprendizaje automático puede combinarse con avances en drones y robótica para innovar la agricultura. Eso sin contar los cientos de startups que trabajan para mejorar desde la fase de cultivo, hasta el de acopio, procesamiento, distribución, exhibición y consumo de los alimentos.
Es así como el mundo está reaccionando frente al hambre: entre ingenierías medioambientales y logística de alimentos, para eficientar todo el proceso punta a punta. Para mejorar cómo se producen los alimentos, se distribuyen, transportan, consumen y reciclan.
La aplicación de la IA en la alimentación es un factor clave si observamos otro dato: el número de expertos en el campo y sus mejores técnicas es muy limitado en el mundo. De ahí que podría construirse, primero, un banco mundial de información con las mejores técnicas al que los productores tengan acceso. Y puede complementarse con un sistema de aprendizaje de máquina para recibir información del comportamiento de los sembradíos. La plataforma puede aprender de las respuestas de las plantas y alimentar los datos ya almacenados. El compromiso de los gobiernos es hacer macroproyectos alimentarios más allá de las agendas políticas. En México, por lo pronto, los programas tendrían que estar diseñados para hacer más eficiente todos los procesos de la producción y distribución de los alimentos y dejarlos completamente al margen de periodos electorales y vida partidista. Hacer la comida más saludable y accesible para todos. Una solución a uno de los más grandes males que aquejan hoy a la humanidad y una herramienta indispensable a futuro, ya que los conteos de la ONU proyectan que seremos 9.7 mil millones de personas en 2050. Sirvamos la mesa desde hoy.
Fundador y Presidente del Consejo de Metrics