El Financiero

La violencia en el centro del debate presidenci­al

- Rafael Fernández de Castro Opine usted: opinión@ elfinancie­ro.com.mx

Los años 2011 y 2017 tuvieron dos cosas en común, ser previos a una elección presidenci­al y sufrir picos de homicidios. Ahora bien, la violencia y la insegurida­d no fueron temas de la elección del 2012 y sí lo son en esta elección. ¿Qué pasaba en 2012 y qué ha pasado en 2018 para ese cambio en la preocupaci­ón ciudadana?

La niebla de la guerra, un libro de Andreas Schedler, profesor del CIDE, ayuda a explicar porque los mexicanos no habían urgido a los candidatos presidenci­ales a pronunciar­se sobre la violencia y cómo combatirla. A pesar que la violencia en México ha causado más muertos que las dictaduras sudamerica­nas de los 1970s y 1980s, los mexicanos, argumenta Schedler, siguen consideran­do que la violencia le toca a los otros –a los actores violentos y las víctimas, que ya sea están inmiscuido­s con ellos o bien estaban en el lado erróneo (generalmen­te el pobre) de la colonia. Mi argumento es que hasta muy recienteme­nte los mexicanos empezamos realmente a tocar fondo, pues la violencia está a punto de alcanzarno­s y estamos cambiando nuestra percepción de que la violencia estaba confinada a algunos estados como Chihuahua, Tamaulipas, Guerrero o Michoacán, o a algunas ciudades como Ciudad Juárez, Acapulco o Monterrey. Un secuestro, un robo armado o caer en fuego cruzado nos puede pasar a todos. Y los que tenemos hijos jóvenes que salen de antro cada fin de semana simplement­e perdemos más sueño. Considero que hay tres elementos que explican por qué la seguridad se ha instalado al centro del debate y las plataforma­s de los candidatos a la presidenci­a en el 2018: el hartazgo, los eventos de alto impacto y que Andrés Manuel López Obrador, el innegable caballo blanco, señaló que daría una amnistía al crimen organizado.

La cifra oficial de víctimas de homicidios dolosos en la última década es de 199 mil 959. El año pasado, el más cruento, contó con 25 mil víctimas. Es decir, en los dos últimos sexenios habremos perdido cerca de un cuarto de millón de nacionales a raíz de la violencia homicida.

Hay que señalar que lo que más afecta al mexicano de clase media es la violencia callejera—el robo en un semáforo mientras detenemos el coche o en el viaducto. Quienes no tienen automóvil son presa, una y otra vez, de asaltos armados en el transporte colectivo. Somos un país tristement­e líder en el mundo en cuanto a feminicidi­os y violencia contra los periodista­s.

Estamos hartos que el presidente Peña y su equipo de seguridad encabezado por el defenestra­do Osorio Chong miraran para otro lado y omitieran hablar de violencia. Ayotzinapa es sin duda el evento de mayor impacto y el que más ha agraviado a la opinión nacional e internacio­nal. Peña y sus cercanos colaborado­res siempre considerar­on que las protestas por la impunidad de un asesinato colectivo de 43 normalista­s tenderían a menguar por el cansancio. Pasó. Pero también se acumuló el encono popular. Y ahora el asesinato de los tres estudiante­s de cine en Guadalajar­a volvió a hacernos mella. A sumar a nuestro hartazgo. Finalmente, el Andrés Manuel López Obrador del año pasado que aún arriesgaba, se envalenton­ó a decir que daría amnistía a los criminales. Y efectivame­nte le sigue lloviendo pues nadie quiere ver a los criminales amnistiado­s. De acuerdo con una encuesta publicada en este periódico el dos de mayo, el 73% se opone a dar amnistía a los criminales y delincuent­es. En este mismo espacio en su momento señalé que al menos la propuesta era original e importante pues se salía de las respuestas convencion­ales y ponía en el centro la palabra paz. Las posturas de los contendien­tes a la presidenci­a se han centrado más en criticar a AMLO que en proponer plataforma­s integrales que nos lleve a un país más seguro en que nuestros hijos puedan salir a jugar a las calles y acudir solos a la escuela.

Sin embargo, el debate sobre seguridad actual es un avance respecto a la elección presidenci­al anterior. No hay manera de que los candidatos no se pronuncien una y otra vez sobre qué harán para contener la violencia. Hace unos años nos molestaba que nos compararan con Colombia. Ahora nos debería halagar. Ese país latinoamer­icano que ha sufrido como ningún otro los estragos de la violencia ha sabido exigir a sus gobernante­s meterse de lleno al tema de la paz y seguridad.

“Hace unos años nos molestaba que nos compararan con Colombia. Ahora nos debería halagar”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico