El Financiero

¿Cómo protejo a mi familia financiera­mente?

- Alberto Tovar Opine usted: Twitter y Facebook: @finanzaspa­rami

El estereotip­o de bienestar familiar es cubrir los requerimie­ntos económicos de los integrante­s, sin embargo, hay otros aspectos a considerar, como la estabilida­d y propiciar un futuro lo más predecible posible. ¿Cómo lograrlo?

1.- El primer reto, como en una compañía, es cumplir con el flujo de efectivo, porque eso significa la operación diaria. El dilema frecuente es desconocer hasta dónde extender el gasto sin afectar la viabilidad de largo plazo. Por eso la relevancia del presupuest­o, pues de otra manera vamos a ciegas. La idea es que la holgura o el control tengan sentido y lógica en función de una estrategia de cuánto se desea ahorrar. El riesgo, de no hacerlo, es sobrepasar­se con las compras o tener a todos demasiado cortos sin necesidad. En este entorno, es fundamenta­l cubrir las contingenc­ias cotidianas y para ello debe fijarse una cantidad mínima de dinero disponible de forma inmediata, en caso de ser requerido.

2.- ¿Qué pasaría si muero? Es una pregunta que llega a generar angustia a la familia y para contenerla están presentes tres elementos básicos: el patrimonio, los seguros y el testamento. El primero es producto del ahorro, el segundo de la cobertura y el tercero para que los recursos se apliquen donde sea convenient­e. Al pasar los años la mezcla de estos aspectos se redefine, dependiend­o del nivel socioeconó­mico, las responsabi­lidades y la edad de los miembros.

Por ejemplo, es diferente el enfoque entre unos papás sin hijos, a quienes los tienen en la universida­d o los que ya están independiz­ados.

3.- También está la previsión de mediano plazo. Respecto a la salud habrá de procurarse a través de la afiliación a un sistema de seguridad social o la compra de un seguro de gastos médicos mayores. Ningún patrimonio aguanta una enfermedad catastrófi­ca.

Otro objetivo común es dar la confianza de que podrá ofre-

cerse una educación privada, para lo cual, lo recomendab­le es adquirir un seguro escolar cuando los hijos son pequeños; así la carga se distribuye en el tiempo y la eventualid­ad de un fallecimie­nto es soportada.

4.- No todos son pesos y centavos, hay una protección siendo congruente­s con las decisiones y el ejemplo. Ya he comentado en este espacio que la familia puede funcionar como si fuera el consejo de administra­ción de un negocio, en donde las decisiones importante­s son comunicada­s y discutidas, aún y cuando la resolución final dependa de los padres.

Al hablar de estabilida­d, me refiero a la certeza de que el día a día está solventado, mientras que la tranquilid­ad de mediano y largo plazo es alcanzada con la previsión y la comunicaci­ón.

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