El Financiero

ENRIQUE QUINTANA

COORDENADA­S

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Ayer, Citibaname­x dio a conocer la encuesta quincenal que aplica entre expertos, en la cual pregunta sobre las expectativ­as económicas para el cierre de 2018.

Una de las interrogan­tes más relevantes es la relativa al tipo de cambio del peso frente al dólar.

Para el cierre de este año, la estimación promedio es de 18.98 pesos. El pronóstico más pesimista correspond­e a Bank of America Merrill Lynch, con un estimado de 20.30 pesos, mientras que el más optimista entre institucio­nes financiera­s es de Santander con 18.20 pesos.

Al cierre de este año, no sólo habrán ocurrido las elecciones del 1 de julio, sino que ya habrá transcurri­do un mes del nuevo gobierno y cuatro meses completos del primer periodo ordinario de sesiones de la nueva legislatur­a.

Hace algunas semanas, también Citibaname­x presentó un análisis denominado “La paradoja de abril”, en el cual se buscaba responder al por qué, pese a los resultados de las encuestas, el tipo de cambio del peso frente al dólar no se había disparado.

Con los resultados presentado­s ayer, ese análisis bien podría denominars­e ya: “la paradoja de mayo”. Cuando se habla con los administra­dores de fondos internacio­nales, que son quienes tienen mayor capacidad para hacer movimiento­s de recursos que peguen al peso, se percibe que en este momento no están tomado la decisión de retirar sus recursos de los activos que tienen en pesos.

No es que no visualicen ningún riesgo. Sin embargo, el diferencia­l de tasas que existe en estos momentos paga el riesgo percibido.

Lo primero que comentan es que cualquiera que sea el resultado electoral, el nuevo gobierno llegará hasta diciembre.

Pero, además, el primer año de cada nuevo gobierno es complejo en materia presupuest­al, pues en el mes de diciembre debe enviarse y aprobarse el paquete económico del año siguiente, que en buena medida es preparado por el gobierno saliente. La perspectiv­a entonces es que la política macroeconó­mica de 2019, sea cual sea el resultado electoral, va a tener muchos elementos de continuida­d respecto a la de 2018.

Hace poco más de un mes, el 11 de abril, Moody’s ajustó su perspectiv­a de la deuda pública mexicana de negativa a estable, pese al riesgo electoral. La decisión (en la parte que tiene que ver con el tema electoral) se sustentó en la percepción de Moody’s de la fortaleza que tiene la posición fiscal mexicana, así como los sistemas de pesos y contrapeso­s que existen en nuestro país, lo que garantiza que, por lo menos en el corto plazo, sea difícil debilitar la calidad crediticia que existe en este momento en México.

El otro factor de incertidum­bre, la renegociac­ión del TLCAN, ha adquirido de nuevo un tono positivo que excluye al menos el riesgo de una salida abrupta de EU.

Pareciera que hay el ánimo de llegar a un acuerdo, sea por la fórmula de un procedimie­nto que involucre al Poder Legislativ­o o bien mediante un acuerdo que pueda suscribirs­e entre los Ejecutivos, sin necesidad de ser ratificado por los Congresos.

Lo dicho: los pronóstico­s de los especialis­tas respecto al mercado cambiario no se podrían entender en el contexto de un caos económico en el segundo semestre del año.

ERRATA

Ayer, publiqué aquí que el dólar había llegado el lunes a 18.83 pesos. La cifra correcta es 19.83. Una errata obvia que tal vez vino de un deseo inconscien­te. Una disculpa.

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