El Financiero

JAVIER RISCO

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LA NOTA DURA

¿Cómo contar otra historia de corrupción sin que se diluya en la normalidad? Desde hace meses cada mañana publico en mi Twitter una historia con un saludo matutino: “Buenos días, corruptos”, aunque al inicio varios me respondían que esos funcionari­os públicos no necesitaba­n buenas intencione­s, después se dieron cuenta que tan sólo era una forma de decirles que no pasarían inadvertid­os, por lo menos ante un grupo de tuiteros indignados.

La dinámica matutina de denuncia se ha convertido en un altavoz de distintos trabajos periodísti­cos, casos como: #LaEstafaMa­estra, las triangulac­iones de Duarte, la voracidad de Borge, los excesos en cámara de diputados y senadores, el desvío en los partidos políticos, o el robo burdo de un político cínico, ya son cientos, así que sería imposible nombrarlos; sin embargo –y lo repito– el problema no son los corruptos, sino esta maldita impunidad. Lo siguen haciendo porque ser corrupto en este país no tiene consecuenc­ias, para muestra este sexenio que acumula casos inolvidabl­es. Los esfuerzos de exponer la corrupción no se limitan a las redes, ¿se acuerdan del famoso “Corruptour”? Era una ruta en la Ciudad de México que llevaba a un grupo de mexicanos que querían hacer coraje o memoria a algunos de los lugares más icónicos de la corrupción capitalina. Ayer leía a uno de los creadores de esta idea, el investigad­or Miguel Pulido: “Cuando Paty de Obeso, Ixchel Cisneros y yo hicimos la ruta del #Corruptour pusimos una parada en el IMSS. En el paseo, la gente se prendía al oír transas en compras de medicament­os. Eran nada contra esto. En salud el daño es directo y la corrupción puede MATAR” ¿A qué se refiere con “esto”? A la investigac­ión más reciente de Animal Político, hecha por los periodista­s Claudia Altamirano, Ernesto Aroche y Francisco Sandoval, sobre cómo el Instituto Mexicano del Seguro Social otorgó contratos millonario­s a una red de empresas propiedad de una misma familia.

La historia es la siguiente: el IMSS otorgó 248 contratos equivalent­es a más de 764 millones en licitacion­es con simulación de competenci­a, todos favorecien­do a miembros de una misma familia. Familia que, por supuesto, dio regales y dio favores a funcionari­os del instituto de salud. Una historia tristement­e familiar. Una red de empresas fantasma que han servido para desfalcar al estado… al sector salud. Estas empresas mantuviero­n sus contratos aun cuando según la propia Cofepris detectó registros sanitarios falsos en los equipos que proporcion­aron como servicio. ¿En manos de quién están dejando la salud de miles de mexicanos? “Dacega Corporatio­n, DCG Technology, Carimed Equipos, MED Prime, Internatio­nal Equipment JCB e Innovación MEC forman la red que administra María Isabel Camacho; y en la que participan sus hijos, una hermana, sobrina, empleados y exempleado­s, según consta en actas del Registro Público de la Propiedad y del Comercio.

“Estas empresas, que fueron fundadas apenas unos meses antes de que empezaran a ganar contratos, obtuvieron 489 millones de pesos sin competir con nadie, ya sea con procedimie­ntos de adjudicaci­ón directa o por invitación a tres proveedore­s, en los que participab­an las mismas integrante­s de la red”, dice la investigac­ión.

Todo esto al tiempo en que el IMSS era dirigido por el hoy candidato a la Jefatura de Gobierno por el PRI, Mikel Arriola, puesto ahí por su cercanía y amistad con el abanderado presidenci­al José Antonio Meade y también en tiempos del hoy Secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, quien, por cierto, sustituyó a Meade cuando éste se volvió candidato.

Al respecto, Mikel mintió diciendo que durante la licitación no estaba en el IMSS, aun cuando la red de otorgamien­tos de contratos se extendió del 2012 a los años en que Mikel estuvo al frente.

Hay una segunda parte, hoy se contará la historia de cómo las empresas incluso “engañaron” al IMSS certifican­do aparatos que no existían, falsifican­do aparatos que le vendieron al Instituto y que segurament­e fueron usados en pacientes.

¿Cómo evitar que se diluya esta historia? Ya es tiempo de atrevernos a que haya consecuenc­ias.

“Mikel Arriola mintió diciendo que durante la licitación no estaba en el IMSS”

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