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El Big Bang Referee 2018 es un reloj inteligente creado especialmente para la Copa del Mundo de este año que le avisará sobre las acciones decisivas durante los encuentros. Su nombre hace referencia a quienes originalmente lo usarían, los árbitros, pero hay una versión para que los aficionados no pierdan detalle de los juegos. Entre las funciones a destacar para los jueces está la tecnología goal line, que les informa si el balón rebasó o no la línea de portería, mientras que para los espectadores están las notificaciones en tiempo real de las anotaciones. Vibra y se enciende con la palabra gol en pantalla, además de ofrecer estadísticas de los partidos y de los equipos. La carátula cambia con las banderas de las 32 Selecciones participantes en la justa mundialista, además de la convencional en color negro con banderas pequeñas. Tiene una pantalla Amoled de 400x400 pixeles y es resistente al agua. Sólo se fabricaron 2018 piezas y su precio es de 105 mil pesos.
“Aceptar sólo perfección” es el lema de la marca Baume & Mercier, que presenta tres diseños creados en exclusiva para México y para celebrar el 90 aniversario de la Federación Mexicana de Futbol. Ambos son parte de la colección Clifton Club de la relojera suiza. Hay dos versiones: la de oro rosa, de la que únicamente se fabricarán 30 piezas y cuyo costo es de 449 mil 950 pesos, y la de titanio-acero, con un total de 200 piezas a un precio de 119 mil 950 pesos. Ambas tienen diámetro de 44 milímetros con acabado de satín y cristal de zafiro antirreflejante. El fondo de la caja está decorada con el logo de la Selección Nacional de México.
Solo hay dos requisitos imprescindibles para las steakhouse que se jactan de ser templos de la carne: uno es la calidad y el otro es que llegue a la mesa del comensal en su punto. Aunque este último es una percepción variante entre cada persona.
Puede ser bien cocido, el rojo inglés cocido por ambos lados y que deja escapar un hilo rojo al hincarle tenedor y cuchillo, o el término medio. La magia está en presentar el platillo en la cocción exacta a la que se pide. Esa es la principal encomienda de quienes trabajan en Morton’s The Steakhouse, restaurante de origen estadounidense con 77 sucursales alrededor del mundo y que en México cuenta con una clientela conocedora en la materia.
El filete mignon, New York, ribeye y el porterhouse que sirven los traen de California. Provienen de reses que se alimentan únicamente de granos y pasto, la carne se empaca al vacío y se mantiene sin variaciones de temperatura para asegurar suavidad y jugosidad. Siguen un proceso de añejamiento de entre tres y cuatro semanas y finalmente se someten al fuego que termina por sellar sus sabores.
La parrilla en la que se cocinan es un contenedor vertical que escupe fuego arriba y abajo. “A 450 grados de temperatura, tienen menos tiempo de cocción, pero se conservan la mayoría de los jugos de la carne”, explica Fernando López, cocinero en Morton’s desde hace 11 años.