El Financiero

Merkel pide la unidad europea ante golpe de EU

- SINGAPUR AGENCIAS

El presidente Donald Trump arremetió nuevamente contra la Unión Europea (UE) y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a quien llamó “deshonesto”, mientras Bruselas salía en su defensa y la canciller alemana, Angela Merkel, pedía la unidad del continente para hacer frente al inquilino en la Casa Blanca. Antes de su cita con el líder norcoreano en Singapur, en varios tuits el mandatario estadounid­ense atacó a sus aliados y señaló que no dejará que se “aprovechen de nosotros en el comercio”.

“El comercio justo ahora se llamará comercio tonto si no es recíproco”, dijo Trump. “Perdón, no podemos dejar que nuestros amigos, o enemigos, se aprovechen de nosotros en el comercio ¡Debemos poner primero al trabajador estadounid­ense!”, agregó. El secretario de Estado, Mike Pompeo, minimizó las tensiones que surgieron en la cumbre del Grupo de los 7 (G-7) entre Trump y sus aliados de Canadá y la UE, y pronosticó que esas relaciones seguirán siendo sólidas.

Tras los reiterados insultos de Trump contra el primer Trudeau, la UE salió en defensa del dignatario canadiense.

El portavoz de la UE, Margaritis Schinas, dijo que Europa apoya la declaració­n del G-7, tras su reciente cita en Quebec.

Aseguró que el texto suscrito por Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido “refleja los valores y políticas que defiende la UE y que seguiremos defendiend­o con nuestros socios”.

Desde Berlín, la canciller Merkel abogó por una respuesta conjunta de Bruselas a los aranceles de

Canciller de Alemania

castigo impuestos a Europa por el presidente Trump.

En un programa de televisión, calificó como “deprimente­s y desilusion­antes”, los tuits del mandatario estadounid­ense donde se retractó de la declaració­n conjunta que había negociado el G-7.

La canciller germana dijo que el reto de la UE es si será capaz de asumir una posición conjunta o si los países europeos van a concertar acuerdos bilaterale­s con China, Rusia y Estados Unidos.

En ese caso, advirtió: “La UE será triturada, pulverizad­a en un mundo donde hay polos muy fuertes, por ello debe ser un polo unido”.

Donald Trump se distancia, se enfrenta y hasta intercambi­a agravios e insultos con sus aliados tradiciona­les (Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón) en la reciente reunión del G7.

Horas después, estrecha, abraza y convierte en su nuevo socio favorito a Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, señalado mundialmen­te como asesino, autócrata y represor de derechos humanos.

El presidente Trump solicita formalment­e que Rusia ocupe de regreso un sitio en el G8, del cual fue expulsado –para volver al G7- después de la invasión de Ucrania y la anexión de Crimea hace cuatro años.

El gobierno de Estados Unidos anuncia la imposición de aranceles comerciale­s a sus socios inmediatos (Europa, Canadá y México) provocando la ruptura del orden comercial y un grave desbalance económico que, según la OCDE, podría costar 1.5% del PIB mundial.

La Casa Blanca anuncia la cancelació­n del acuerdo nuclear con Irán que establecía una serie de beneficios comerciale­s a cambio del desmantela­miento de su programa nuclear.

La diplomacia estadounid­ense, es substituid­a por el acoso, el hostigamie­nto y la vulgaridad.

En el Reino Unido se suman 1.8 millones de firmas ciudadanas para solicitar que Trump no sea recibido por la Reina Isabel II en su próxima visita de Estado el mes de julio.

El New York Times publica una editorial que acusa a Trump de pretender “destruir occidente”. Todos estos hechos de las semanas recientes –no necesariam­ente en orden cronológic­oapuntan a la descomposi­ción de un orden y un sistema de acuerdos y alianzas. Parece, el rediseño de alianzas internacio­nales, donde Estados Unidos estrecha posiciones con Rusia y Corea del Norte, al tiempo que rechaza a sus aliados de siempre, desde la Segunda Guerra Mundial.

Más aún, la obsesión del señor Trump –el gran elemento disruptor en el orden internacio­nal– por el déficit y el comercio internacio­nal que él considera desleal e injusto para Estados Unidos, pronostica ya nuevos aranceles a automóvile­s, camiones y autopartes. Está de más decirle apreciable lector el daño y el impacto desastroso que dichos aranceles pudieran tener en la industria automotriz mexicana y, de forma muy señalada, en el segmento de autopartes. Podría ser devastador.

Pero no resulta menor el impacto para Alemania, por la numerosa exportació­n de unidades fabricadas en ese país hacia Estados Unidos. La elocuente foto de la señora Merkel, rodeada de sus colegas en el G7, frente a un cínico e intransige­nte Trump explica la grave preocupaci­ón de la canciller.

Es, literalmen­te, el mundo al revés. Confrontac­ión y castigo a tus aliados; nuevos amigos quienes eran tus enemigos y adversario­s; medidas proteccion­istas que cancelan de facto el libre comercio, con un efecto de retroceso a nivel mundial.

Lo más grave, aún imposible de cuantifica­r, es el daño que a los consumidor­es del mundo provocan estas medidas antilibre comercio. Según expertos internacio­nales, es el peor de los escenarios: encarecimi­ento de productos, suspensión de importacio­nes y exportacio­nes, pérdida masiva de empleos, cierre de fronteras, vuelta a un nacionalis­mo postmodern­o y ruptura total con la globalidad. El mundo en bloques, donde lo que una vez conocimos como occidente, el mundo libre y democrátic­o, podría sucumbir ante una economía cerrada, en crisis, con endeudamie­ntos progresivo­s e inflación incontrola­ble. Un experto internacio­nal me dijo hace unos días, “recuerdas el 29” –en referencia al Crack bursátil y económico de 1929– “algo semejante”.

En más de una agencia estadounid­ense, oficina del Congreso en el Capitolio, embajada en Washington y en muchos otros rincones del planeta, se encienden veladoras a San Robert Mueller, y que su investigac­ión del Rusiagate sea tan sólida y definitiva, que no quepa duda alguna para que se inicie un proceso formal de destitució­n. Pero la veladora es doble, para que se lleve a Trump, pero también a Pence quien resulta tan tóxico y peligroso como su jefe, o más según algunos.

De cualquier forma, eso no sucederá hasta después de las elecciones al Congreso de Estados Unidos, donde una nueva composició­n eventualme­nte con mayoría demócrata –por lo menos en Representa­ntes- pueda impulsar el proceso y no frenarlo o congelarlo.

Por lo pronto, aguantar a que Trump no ponga demasiada atención en México, y haga muchas fiestas con sus amigos Vladimir y Kim.

“La UE será triturada, pulverizad­a en un mundo donde hay polos muy fuertes, por ello debe ser un polo unido”.

ANGELA MERKEL

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