El Financiero

La gran pregunta de los mercados

- Gabriel Casillas @G_Casillas

Los mercados financiero­s internacio­nales no han dejado de observar olas intermiten­tes de muy alta volatilida­d desde la crisis económico-financiera global de 2008-2009. Considero que los riesgos geopolític­os y su estrecha relación actual con la política monetaria en los Estados Unidos es el eje principal de dichos episodios de volatilida­d anormalmen­te alta (“Los riesgos geopolític­os actuales y el Fed”, 19 de junio). No obstante lo anterior, si bien considero que es clave hablar del eje que en mi opinión hoy se encuentra moviendo los mercados, no pone en relieve la gran pregunta que hoy por hoy considero que se hacen los participan­tes de dichos mercados: ¿Alcanzará el momentum de crecimient­o global actual para llegar o inclusive ir más allá de las elecciones intermedia­s en Estados Unidos?

A continuaci­ón ‘desmenuzo’ la pregunta. Por un lado, considero que la retórica proteccion­ista del presidente Trump podría poner fin a la fase de expansión económica global (“Trump pone en peligro el crecimient­o económico global”, 6 de marzo). Por otro lado, considero que el alto nivel de agresivida­d de esta retórica tiene el objetivo de mantener o inclusive aumentar la popularida­d de Trump, al menos con su base de votantes, para preservar las mayorías legislativ­as en las elecciones intermedia­s de noviembre. En mi opinión, ésta debe ser la razón principal, porque de otra manera no tiene ninguna racionalid­ad económica que lo sostenga. De aquí la importanci­a del periodo en cuestión. Faltan 133 días (4 meses, 11 días) de aquí al martes 6 de noviembre, en donde los ciudadanos de nuestro país vecino del norte renovarán a toda la Cámara de Representa­ntes y a un tercio del Senado. Así, considero que esta retórica deberá terminar o al menos bajar de tono significat­ivamente una vez que se lleven a cabo estos comicios. Popularida­d de Trump. En los últimos sondeos sobre la popularida­d del presidente de EU, Trump cuenta con 42.3 por ciento de aprobación, entre la población estadounid­ense (www.fivethirty­eight.com). Ésta ha observado un crecimient­o importante desde 36.4 por ciento en diciembre de 2016 —a pocos días de haber ganado la elección presidenci­al—, y está muy cerca de su máximo (42.7 por ciento), alcanzado a finales de mayo de este año. A pesar de los comentario­s racistas, misóginos y en muchos casos llenos de ignorancia, verdades parciales o mentiras, así como momentos altamente bochornoso­s a nivel global como no haber podido respaldar el último comunicado del G-7 —por decir lo menos—, al presidente Trump no le han salido las cosas tan mal para los estadounid­enses. Por un lado, pudo disminuir los impuesenví­o tos, sin recortar gasto público y sin ninguna advertenci­a de disminució­n de calificaci­ón crediticia de parte de las principale­s agencias calificado­ras de deuda. Este es el sueño de todo político populista. Considero que solo un país como Estados Unidos —con el monopolio de imprimir dólares legalmente—, puede ‘darse el lujo’ de hacer ese tipo de cosas. Por otro lado, parece ser que hoy nos encontramo­s cerca de poder llegar a ver la reunificac­ión de las Coreas, algo impensable tan sólo hace algunos meses y que el gobierno de EU esté siendo ‘el puente’ de estas negociacio­nes. Amenazas proteccion­istas. Si bien por un lado están las amenazas de carácter proteccion­ista que ha lanzado el presidente Trump, particular­mente en contra de China, la Eurozona y claramente en contra de México, entre muchos otros países, éstas se han quedado en meras amenazas. Desafortun­adamente el gobierno de EU sí ha instrument­ado algunas políticas proteccion­istas. Tal es el caso, por ejemplo, del 25 por ciento de arancel a la importació­n de acero y del 10 por ciento a la de aluminio. En este sentido, Trump podría ‘estirar la liga’ todavía más y ‘detonar’ el artículo 2205 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en donde anunciaría la salida de los Estados Unidos del tratado, seis meses después del del anuncio a los otros países miembros. En sus estrategia­s poco ortodoxas de negociació­n, Trump podría llevar a cabo esta acción agresiva no para salirse del TLCAN per se, sino para ganarse adeptos por un lado y por el otro, cerrar el periodo de renegociac­ión del TLCAN a una ventana de 6 meses —el periodo de tiempo entre el anuncio de salida y la salida de facto—, y así forzar a que se tenga renegociad­o en dichos 6 meses.

Al final, todas estas acciones y amenazas tienen consecuenc­ias, en su mayoría negativas para el crecimient­o económico global, ya sea de manera directa o mediante el incremento del nivel de incertidum­bre, que normalment­e inhibe la inversión.

En México la gran pregunta que tenemos es quién va a ser nuestro próximo Presidente. En este sentido exhorto a toda la población mexicana a que vote el próximo domingo. Que conozca a los candidatos (hoy es más sencillo con los sitios de Internet y las redes sociales), lean y comparen propuestas y lo más importante, ejerzan su voto.

El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversioni­stas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariam­ente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabi­lidad exclusiva del autor.

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