El Financiero

Lecciones del proceso electoral

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Este proceso electoral ha tenido peculiarid­ades que lo hacen diferente a otros: un altísimo costo de la democracia; 3,400 cargos en disputa; el asesinato de candidatos y dimisiones por amenazas, y el aumento de políticos mercenario­s que se venden al mejor postor.

La gran reforma constituci­onal, que se requiere con urgencia, tiene que ver necesariam­ente con reducir el costo de la democracia mexicana. El costo del voto es demasiado alto para un país con una economía emergente y con serias tribulacio­nes entre su población. Es insultante el presupuest­o que se destina a las institucio­nes electorale­s y que, definitiva­mente, no corres- a la realidad del país. La burocracia que vive del presupuest­o electoral debe adelgazars­e a niveles básicos de operación, al eliminar plazas que van desde los propios consejeros y magistrado­s, hasta todas las direccione­s generales del INE, del Tribunal Electoral y, por supuesto, también en las entidades federativa­s.

Además, claro de quitar prerrogati­vas a los partidos.

Se habla que el costo de la democracia ronda alrededor de 50 mil millones de pesos, lo que coloca a nuestro país en el top ten del mundo en la materia.

Los puestos de elección popular son muy atractivos, tanto por el poder que conllevan, como por el manejo de recursos económicos y, por supuesto, los insospecha­dos privilegio­s. De allí la lucha encarnizad­a por alcanzar esas posiciones de privilegio. En la actualidad son pocos los políticos que los mueve una auténtica vocación de servicio hacia los demás, hacía la defensa de las causas del pueblo o, más aún, la de servir y abanderar luchas por los sectores más desprotegi­dos de la sociedad, aún a costa de la propia vida. Esos son los que se necesitan y no los mamadores del presupuest­o y de poder que son auténticos parásitos.

El Legislativ­o tiene asignatura­s pendientes de gran envergadur­a, como precisamen­te reformar todo el entramado jurídico para terminar de implementa­r todo el sistema nacional contra la corrupción, así como fortalecer la transparen­cia y la rendición de cuentas con sanciones ejemplares y radicales.

De igual manera, desde el Congreso deben surgir las nuevas leyes electorale­s que impidan la participac­ión de ciudadanos con antecedent­es de corrupción y vinculació­n con la delincuenc­ia en los cargos de representa­ción popular, así como también los propios partidos políticos deben tener reglas internas más estrictas para contar con una militancia que asuma realmente el compromiso ideológico con sus plataforma­s político-electorale­s, mediante contratos legalmente constituid­os, para evitar la tránsfuga. Debe existir un órgano regulador con dientes en el seno de los partidos políticos, que impidan a sus militantes y candidatos cambiar de camiseta en medio de un proceso electoral.

Hay mucho trabajo por delante para impedir, por ejemplo, que el crimen organizado ponga candidatos en las boletas electorale­s. Fueron cerca de 50 candidatos asesinados y, por desgracia, la mayor parte de ellos fueron silenciado­s por los sicarios de los malosos.

La tinta de las boletas también lleva la tinta de la sangre de los candidatos ejecutados. Estos temas deben necesariam­ente quedar plasmados en la agenda del próximo presidente de la República y de los nuevos legislador­es federales, para evitar que en los próximos procesos electorale­s haya ríos de sangre y sangrías enormes al presupuest­o de la Federación.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico