El Financiero

MARCUS BERG

- Alfonso Mancilla

Un niño de 7 años mira paralizado la televisión en la casa de su familia que está llena de vida y emoción. A casi 8 mil kilómetros de distancia, los héroes poco comunes de Suecia disputan la Copa del Mundo de 1994.

Se trata de una Generación Dorada, integrada por el excéntrico portero Thomas Ravelli, el delantero Tomas Brolin, poseedor de un talento inusual, acompañado del enjundioso y poco técnico Kennet Andersson.

En la Eurocopa de 1992, como locales, cayeron en semifinale­s, y dos años después, en la Unión Americana, llegaron a la misma instancia. Fueron días inolvidabl­es que marcaron a Marcus Berg.

Ahí comenzó el idilio del delantero con el futbol, el cual tendrá uno de sus momentos climáticos hoy, cuando, junto al combinado sueco enfrente a Suiza en la ronda de octavos de final de la actual justa.

Berg, de 31 años y actualment­e jugador del Al-Ain, de la Liga de Emiratos Árabes Unidos, es visto como el líder del grupo, sitio que heredó del emblemátic­o Zlatan Ibrahimovi­c.

Llegó a Rusia como un jugador que ha ganado prestigio a nivel internacio­nal. Tuvo una primera etapa complicada como parte del Hamburgo y el PSV Eindhoven, sobre todo porque se le consideró una gran promesa tras ganar la Bota de Oro en el Campeonato Europeo Sub-21 de 2009.

Luego, forjó una sólida carrera que lo convirtió en el referente del Panathinai­kos griego, mientras se consolidab­a como el goleador de Suecia en las eliminator­ias al marcar ocho goles, mismos que ayudaron a superar en el grupo a Holanda y a eliminar a Italia en el repechaje.

Berg disipó las dudas respecto a su nivel y edad durante su primera campaña con el Al-Ain, al anotar 34 goles en 31 partidos, además de salir campeón de la Liga del Golfo Árabe y la Copa del Presidente. Acompañand­o a Berg en la generación del ataque sueco están Emil Forsberg y Ola Toivonen, quienes buscan no sólo hacer a un lado la sombra de Zlatan, sino generar un brillo parecido al que tuvieron en la Copa del Mundo los Brolin, Andersson o Ravelli.

“Fue una prueba de carácter y una prueba para el equipo”, declaró Roberto Martínez, entrenador de Bélgica, luego de que la Selección europea remontara una desventaja de dos goles ante Japón. Genki Haraguchi (48’) y Takashi Inui (52’) abrieron el marcador, pero Jan Vertonghen (69’), Marouane Fellaini (74’) y Nacer Chadli (94’) -este último en un gran contragolp­eeliminaro­n a los asiáticos.

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