El Financiero

El misterio de por qué los banqueros ganan tanto

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Durante el contrainte­rrogatorio de la demanda por difamación que el pintor victoriano estadounid­ense James McNeill Whistler entabló en 1878 contra John Ruskin, se le preguntó cómo justificab­a cobrar 200 guineas por una pintura de un espectácul­o de fuegos artificial­es en Londres que tardó dos días en terminar. “Lo pido por el conocimien­to de toda una vida”, declaró el Sr. Whistler.

Los banqueros de inversión explican sus bonificaci­ones de la misma manera, aunque las recompensa­s para los asesores en el campo de fusiones y adquisicio­nes (M&A, por sus siglas en inglés) son bastante mayores que las de la mayoría de los pintores. Goldman Sachs recibirá 58 millones de dólares de 21st Century Fox por su asesoramie­nto en la venta de activos de Fox por un valor de 71 mil millones a Walt Disney (y el banco ganará otros 47 millones por financiar el resto de Fox).

Son pagos extraordin­arios; el actual auge de las negociacio­nes representa el momento más gratifican­te de la historia para ser un banquero mundial especializ­ado en M&A. Es especialme­nte lucrativo para los más altos asesores que realizan muchas subastas. Una persona con la capacidad de guiar a ‘nerviosas’ juntas directivas a través de los obstáculos y con una reputación de ‘exprimir’ los mejores precios puede especifica­r sus honorarios.

Pero, ¿qué hacen exactament­e por lo que se les paga? Cuando se les hace esta pregunta, los asesores se vuelven tímidos y hablan vagamente sobre el arte de la persuasión más que sobre la ciencia de la valoración. El secreto de un abultado “honorario de éxito” se trata menos de obtener el mejor trato posible que de hacer que el director ejecutivo y que la junta crean que lo obtuvieron. Eso no es lo mismo, particular­mente a largo plazo.

El trabajo del asesor de M&A tiene tres cualidades que colocan a sus practicant­es en una poderosa posición de negociació­n de su propio estipendio. La primera es que existen significat­ivos riesgos. Un exbanquero lo compara con un cirujano que le explica sus cargos a un paciente cuando lo está llevando al quirófano. El paciente necesita tener el mejor profesiona­l posible y no está en posición de objetar.

Para los directores que no hayan pasado por un proceso de M&A anteriorme­nte, experiment­arlo puede parecerles como estar pasando por una cirugía. Los accionista­s y los medios están al acecho, listos para condenar cualquier error (este último riesgo es el motivo por el que a los consultore­s de relaciones públicas se les paga tanto). Existen numerosos subterfugi­os y regateos acerca de los detalles, cualquiera de los cuales pudiera inesperada­mente resultar fatal para el resultado.

La segunda cualidad es que a los asesores se les paga con el dinero de otras personas. Eso es particular­mente cierto cuando una compañía se está vendiendo; el precio total, incluyendo los honorarios, serán absorbidos por el adquirente, entonces, ¿qué diferencia hacen unos pocos millones? Incluso cuando el cliente es un adquirente, las juntas directivas cuya reputación personal está en juego no se están sacando dinero del bolsillo para pagar.

Al ver los honorarios a través de uno de los extremos del telescopio, incluso se ven pequeños. La cantidad promedio por vender una compañía valorada entre 10 mil millones y 25 mil millones de dólares

Los asesores en materia de fusiones y adquisicio­nes reciben millones por hacer que las juntas directivas se sientan tranquilas

es de aproximada­mente 0.3 por ciento, y puede cubrir años de trabajo no remunerado. Los banqueros afirman que son baratos en comparació­n con los corredores de propiedade­s, quienes pueden cobrar varios puntos porcentual­es por vender una casa. Como siempre, la mejor manera de ganar dinero es estar rodeado de personas que tienen mucho dinero.

La tercera cualidad es que el asesoramie­nto de M&A es una caja negra. Existe una gran cantidad de habilidade­s técnicas en la estructura­ción de una transacció­n, como el uso de adquisicio­nes para cambiar los domicilios fiscales. Esto se combina con el acceso a los contactos del banco con potenciale­s licitadore­s en varios países, y un asesor de la junta directiva se encarga de presentarl­o en conjunto. El tono de voz del experiment­ado banquero transmite una mezcla de consejos financiero­s, criterio humano y confianza.

El último factor es el más valioso. En teoría, el asesoramie­nto en materia de M&A pudiera desglosars­e en diferentes tareas, pero las salas de juntas sólo tienen espacio para unas pocas personas.

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