CIUDAD DE MÉXICO / 17 DE JUNIO DE 1970
Es conocido como El partido del siglo, aunque siendo justos habría que decir que fue la mejor prórroga de la historia. El Estadio Azteca lució pletórico para el choque de dos grandes potencias europeas que contaban con futbolistas muy reconocidos y que querían disputar la final del Mundial de 1970. Italia se puso en ventaja apenas a los 8 minutos gracias a un zurdazo esquinado de Roberto Boninsegna que sorprendió a Sepp Maier. La ventaja italiana se mantuvo inalterable buena parte del juego. Alemania, con su capitán y emblema Franz Beckenbauer vendado tras dislocarse un hombro, no se da por vencida y empata sobre el cierre, a los 90 minutos, con un remate de volea de Karl-Heinz Schnellinger. El 1-1 manda a tiempos extra; los más de 2 mil metros de altura y el intenso calor ya habían mermado severamente a ambos equipos, pero ninguno desfallece. Con menos rigor, pero más corazón, se produce un espectacular intercambio de goles. El legendario goleador Gerd Müller aprovecha una pifia defensiva y supera a Enrico Albertosi para marcar el 2-1 apenas a los cuatro minutos del alargue; los tantos de Tarcisio Burgnich (98’) y Gigi Riva (104’) dan vuelta la historia otra vez antes de que acabe el primer tiempo extra. Müller vuelve a empatar el juego (3-3) a los 110’, pero un minuto después Gianni Rivera marca el tanto definitivo que le dio a Italia el premiotrampa de llegar a la final, en la que además de tener que superar el cansancio acumulado, tuvo que enfrentarse al mejor Brasil de todos los tiempos, y así le fue.