Cuando ellos vienen…
Al iniciar 2017 una de las noticias de primera plana fue el alza en los precios de las gasolinas y las manifestaciones en al menos 18 estados del país en contra de estos incrementos. Este tema fue parte de las campañas presidenciales y el ganador de la contienda presidencial, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que en su sexenio no subirían los precios; ya ganador, se precisó que se mantendrían en términos reales, es decir, al nivel de la inflación. Asimismo, se comprometió a construir refinerías en el país, lo que permitiría bajar los precios de las gasolinas. Rocío Nahle, quien será la secretaria de Energía, aseguró que la primera refinería, de las dos que se planean construir, estará lista en tres años.
Por lo cual, si todo sale bien, tendremos una refinería en 2021 y quizá la otra a finales de sexenio. Además de que se rehabilitarán las 6 que ya existen en el país. La futura secretaria explicó que “nosotros tenemos que producir más en México para poder bajar los precios (de las gasolinas), de ahí viene el proyecto de rehabilitación y construcción de las refinerías”. Esta es una magnífica idea para no depender de las gasolinas de Estados Unidos, ya que la devaluación del peso ha impactado en el incremento de los precios de este producto, y ha provocado también que el gobierno reciba menos impuestos para no impactar tanto a los ciudadanos.
Sin embargo, algunos especialistas aseguran que es imposible terminar de construir una refinería en tan sólo tres años y que lo más seguro es que se tarde el doble de tiempo, pero independientemente de todos los problemas técnicos que pueda tener la propuesta, también podemos afirmar que la inversión en las refinerías llegó un poco tarde a nuestro país, ya que en el mundo se hacen leyes para acabar con los automóviles a gasolina y diesel.
En Suecia se planea fabricar coches sólo eléctricos o híbridos a partir de 2019, y en los Países Bajos y Noruega se restringirán los vehículos de combustión interna en 2025. Inglaterra pactó que para 2040 se prohibiría la venta de automóviles que utilicen gasolina y diesel. Para 2050, todos los vehículos tendrán que producir cero emisiones de gases contaminantes.
En Noruega se planea acabar con los vehículos de combustión alrededor de 2025. En Francia, al igual que Inglaterra, procurarán llegar a esta meta hacia 2040. En India, el segundo país más poblado del mundo, se acordó que a partir de 2030 todos los vehículos vendidos serán eléctricos. Aunque es una de las naciones más contaminantes del planeta, el gobierno indio espera que para 2020 las ventas de carros, tanto eléctricos como híbridos, lleguen entre los 6 y 7 millones de unidades.
Y en Holanda, aunque todavía no se define cuándo iniciará la prohibición, se plantea dejar de comercializar vehículos contaminantes en 2015 y en Alemania a partir de 2030.
Y hasta en China, el país más poblado del mundo, se espera que en 2030 el 60 por ciento de los coches sean eléctricos. Y mientras en el mundo se avanza en la búsqueda energías menos contaminantes, en México planeamos producir más gasolina para nuestros automóviles.
Si bien es cierto que en las refinerías se elaboran, además de gasolinas, productos muy diversos como plásticos, ropa y asfalto, entre otros, también lo es que la construcción de las estas se ha planteado para reducir el costo de las gasolinas.
Lo que nos pone en una meta terrible: en 2021, si bien nos va, terminaremos de construir la primera refinería y cuatro años más tarde se restringirán los vehículos de combustión interna en los Países Bajos y Noruega.