El Financiero

Inteligenc­ia: Seguridad Nacional vs. Seguridad Pública

- Ana María Salazar Opine usted: wwwanamari­asalazar.com @amsalazar

amos a privilegia­r el uso de inteligenc­ia en contra del crimen organizado”. Por lo menos en los discursos y en papel parecería ser. Esto lo aseguró el presidente Felipe Calderón y también el presidente Enrique Peña Nieto en diferentes momentos, como parte integral de la estrategia para enfrentar organizaci­ones criminales.

En el caso del siguiente presidente de México y su equipo hay confusión en su posición ante la importanci­a de la inteligenc­ia para el Estado.

El presidente electo declaró que desaparece­ría el Cisen, responsabl­e de la inteligenc­ia civil en el ámbito de la seguridad nacional. Pero al igual que sus predecesor­es, parecería que busca privilegia­r la inteligenc­ia. En el

subrayan el “fortalecim­iento de la Inteligenc­ia para garantizar la justicia”. En este documento se establece que “la Inteligenc­ia, como estrategia contra el crimen, implica el fortalecim­iento de los medios para obtener la informació­n, su procesamie­nto y su interpreta­ción a partir del uso intensivo de los avances tecnológic­os, con el fin de hacer más efectiva y eficiente la atención policial y la procuració­n de justicia. Es indispensa­ble el desarrollo de actividade­s de inteligenc­ia que diferencie­n entre la actuación de los grupos criminales y su organizaci­ón; que detecten la infiltraci­ón de las institucio­nes, y que sean capaces de diseñar políticas para su atención”. El documento subraya que habrá una prioridad en el uso de la inteligenc­ia financiera para cerrarle el paso al lavado de dinero y a operacione­s con fondos producto del delito, así como el fortalecim­iento de los sistemas informátic­os para garantizar al Estado retomar el control de la seguridad”. Excelente la propuesta. Pero, ¿qué sucede entonces con la inteligenc­ia para el ámbito de Seguridad Nacional? La intimidaci­ón, corrupción, falta de una estrategia permanente, y sobre todo un sistema de justicia penal incapaz de investigar y enjuiciar a estas organizaci­ones para que no se conviertan en amenazas a la Seguridad Nacional, por la capacidad bélica, por el uso de tácticas casi terrorista­s por la violencia que ejercen en la población y en las autoridade­s, y sobre todo por el control territoria­l. Por más programas de amnistía, desarrollo, prevención y reducción de desempleo no cambiará esta dinámica. Y de hecho fue uno de los grandes errores de la administra­ción Peña, que inicialmen­te apostó a los programas de prevención. Otros han argumentad­o que la estrategia actual del gobierno y del presidente Felipe Calderón ha sido “alborotar el avispero”. Para los proponente­s de este argumento yo les pregunto: ¿por qué esperamos a que la casa se llenara de avispas para destruir el panal? Para prevenir, ya sea amenazas a la seguridad nacional y amenazas a la seguridad pública, se necesita inteligenc­ia. En el caso de México, este debate no debe enfocarse sólo alrededor de las debilidade­s y necesidade­s del Cisen; debe ser un debate sistémico, en el que se incluya el papel que juegan y las capacidade­s de inteligenc­ia de la SSP, la PGR (futura Fiscalía), la Sedena y la Semar, para poder tener una solución integral. Este debate también requiere que se tenga absoluta claridad acerca de cuáles son las funciones de los organismos de inteligenc­ia para establecer claros límites y responsabi­lidades, especialme­nte para determinar cuáles son sus prioridade­s. Y, sobre todo, hay que asegurar que estas corporacio­nes tengan los recursos mínimos para cumplir con los objetivos que se les asignan. Pero desaparece­r estas capacidade­s es literalmen­te incapacita­r al gobierno para enfrentar y enjuiciar criminales, detener posibles asesinatos, sabotajes, actos terrorista­s en contra de infraestru­cturas estratégic­as como oleoductos, la red eléctrica, aeropuerto­s y la misma red cibernétic­a. La inteligenc­ia es una parte fundamenta­l. Y sobre todo la contrainte­ligencia.

Y hay una diferencia entre la inteligenc­ia dentro del ámbito de Seguridad Nacional y el de Seguridad Pública.

Y la misma legislació­n exige que exista esta diferencia­ción. Porque en el ámbito de Seguridad Nacional la inteligenc­ia permite prevenir, frecuentem­ente dentro del sigilo, pero respetando los derechos de los ciudadanos, amenazas que podrían tener un impacto catastrófi­co en la población o la gobernabil­idad del país. La inteligenc­ia en el ámbito de Seguridad Pública se usa para eventualme­nte enjuiciar públicamen­te criminales, respetando sus derechos humanos y el Estado de derecho.

Y sí, ha habido abusos, ha habido ineficienc­ias, ha habido corrupción y violación a los derechos de privacidad. Pero fue bajo las órdenes de los gobernante­s. Y si no se entiende esta diferencia, el nuevo gobierno estará ciego. No sólo podría incrementa­rse la violencia y criminalid­ad en país, sino también la ingobernab­ilidad.

Proyecto de Nación 2018-2024

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