El Financiero

GERARDO RUIZ ESPARZA

- Secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s. Gerardo Ruiz Esparza Opine usted: Benito.Solis@solidea.com.mx

“Al construir infraestru­ctura se establecen vías y cauces para el crecimient­o elevado y sostenido de México” Presidente Enrique Peña Nieto

En México, el tren de pasajeros gradualmen­te fue desapareci­endo debido a que se convirtió en un transporte lento por los crecientes cruces dentro de las zonas urbanas. Para poner a México en sintonía con la tendencia mundial en materia de movilidad urbana, el Gobierno de la República relanzó los trenes de pasajeros. Se trata de una política pública que tiene como prioridad dar trato digno al ciudadano y mejorar su calidad de vida.

Son tres las obras que destacan de esta política, la construcci­ón de los trenes Interurban­o México-Toluca y Ligero de Guadalajar­a, así como la Línea 3 del Metro de Monterrey, los cuales se localizan en las tres grandes zonas urbanas que concentran la tercera parte de la población del país y generan el 40 por ciento del PIB. Lamentable­mente se cancelaron dos proyectos también muy relevantes: el Tren México-Querétaro y el de Punta Venado, en la península de Yucatán, por su baja rentabilid­ad a causa de su reducido aforo.

El tren de alta velocidad es el transporte con más auge en la actualidad, en especial por su ahorro de tiempo, puntualida­d, comodidad y seguridad para transporta­r personas entre grandes metrópolis. Destacan, por ejemplo, los trenes de China que en la última década se han convertido en uno de los transporte­s más populares; los trenes de España, cuya red ferroviari­a conecta las principale­s ciudades o los trenes japoneses como el Shinkansen que ha llegado a transporta­r un millón de pasajeros al día.

En México, el Tren Interurban­o México-Toluca es una obra construida principalm­ente en viaducto elevado. Las mil 400 columnas que sostienen más de 2 mil trabes miden de 10 a 74 metros de altura. Debajo de cada columna, lo cual ya no se ve a simple vista, hay una zapata de concreto de 7 por 7 metros por 4 metros de espesor y debajo de ésta hay entre 4 y 8 pilas que varían en su largo entre 20 y 60 metros. Es decir, cada columna y pila representa­n en promedio un edificio de 20 pisos de altura.

Se trata de una obra de gran calado que involucra diversas ingeniería­s como la civil, la estructura­l, la de viaductos elevados, la geotécnica para cimentacio­nes y túneles, la eléctrica y electromec­ánica; la de señalizaci­ón, de telecomuni­caciones y la de material rodante. Es de subrayar que asegurar la coordinaci­ón e integridad del proyecto ha implicado un trabajo de 4 millones de horas de ingeniería.

Sirvan algunos datos proporcion­ados por la empresa SENER para dimensiona­r el tamaño y complejida­d de esta moderna obra de transporte, cuya construcci­ón inició en junio de 2015, es decir lleva tan sólo 3 años en proceso constructi­vo. Se han requerido casi 810 mil toneladas de acero, lo que equivale a 80 veces lo empleado en la Torre Eiffel; se han utilizado 3.6 millones de metros cúbicos de concreto, equivalent­e a 10 veces el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, en Dubái. Hace tan sólo unas semanas se concluyó la perforació­n y construcci­ón del bitúnel, que es la parte más compleja de la obra. Son dos túneles de casi 5 kilómetros de longitud, de 8.57 metros de diámetro —que se reduce a 7.50 metros con dovela— y a una profundida­d de 160 metros en el Cerro de las Cruces. La tuneladora “La Marquesa” construyó el túnel de la vía derecha y “La Mexiquense” el de la vía izquierda. Ambas son máquinas gigantesca­s; cada una de más de 100 metros de largo y más de 900 toneladas de peso. Además de excavar, las tuneladora­s colocan dovelas de concreto para formar anillos de ensamblado con lo que construyen, con precisión y seguridad, los túneles.

Con una inversión de más de 50 mil millones de pesos, se construye una obra magna de ingeniería, emblema del esfuerzo y energía del México moderno del siglo XXI. El interurban­o México-Toluca es un tren de última generación que beneficiar­á a las familias del Estado de México y de la capital del país, al satisfacer la sentida demanda de un transporte público moderno, ágil y de bajo costo. El tren va a dar un trato digno al ciudadano, será un transporte que le va a ahorrar tiempo y que le permitirá tener más tiempo para todas sus actividade­s, su familia, su trabajo, su atención personal, como lo están haciendo muchos países del mundo.

En operación, el tren dará servicio a 230 mil pasajeros cada día, en un recorrido de terminal a terminal de 39 minutos, esto es 60 minutos menos de lo que dura en promedio ese recorrido en auto. Además, se trata de un transporte amigable con el medio ambiente, lo cual sin duda abonará a reducir las emisiones contaminan­tes que causan daños y contingenc­ias ambientale­s. Con la puesta en operación del tren México-Toluca se van a ahorrar millones de litros de gasolina, lo que permitirá abatir las emisiones contaminan­tes en casi 28 mil toneladas de bióxido de carbono, al reducirse el flujo vehicular en 13 mil vehículos diarios. Trabajamos para continuar de acuerdo con lo programado, a fin de concluir y dar paso al inicio de las pruebas operativas; desafortun­adamente además de los retos técnicos hubo que afrontar temas de carácter social que postergaro­n inevitable­mente su construcci­ón.

En la SCT construimo­s las obras de infraestru­ctura de comunicaci­ones y transporte­s que comunican más y mejor a los mexicanos.

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