Más competencia bajaría precio de gasolinas, dicen
La competencia podría ser el arma que utilice la siguiente administración para bajar los precios de los combustibles, coincidieron especialistas.
Carlos Mena, extitular de la Unidad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), consideró que Carlos Urzúa, quien sería el próximo secretario de Hacienda, podría basar su estrategia en la eliminación de barreras y el aumento en la oferta de ductos y opciones de transporte para los combustibles.
“El equipo de Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel, quienes se han identificado como los que van a liderar el tema económico, tienen la idea de que el control de precios no es la vía para regular el mercado y generar un mejor mercado para las empresas y los consumidores”, señaló Mena.
El perfil de Urzúa podría ser útil en esta materia, pues colaboró con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y su trabajo fue clave para el impulso de dos reformas en materia de competencia (de 2011 y 2014).
Eduardo Pérez Motta, extitular de la extinta Comisión Federal de Competencia (Cofeco), coincidió en que la regulación de precios debe ser la última opción de la siguiente administración para el sector energético.
“Carlos (Urzúa) es una persona que entiende la importancia de la competencia en los mercados, que es un detonador de oportunidades tanto para los empresarios como para los consumidores”, explicó. El actual organismo antimonopolios, encabezado por Alejandra Palacios, ha detectado que muchas de las barreras a la competencia en el mercado de combustibles radican en los estados y municipios.
18.8%
SUBIÓ
La petrolera Oro Negro dijo que los daños causados por Pemex a su empresa están poniendo en riesgo el ahorro de miles de trabajadores que tienen su dinero en Afores, pues estos vehículos invirtieron en ellos. En un comunicado, la empresa indicó que las ‘confabulaciones’ de Pemex por dejarlos sin contratos afectaron su negocio y el interés de miles de inversionistas.
“Las distintas confabulaciones de Pemex, particularmente con tenedores de bonos y con SeaMex, su prestador de servicios consentido, terminó subordinando los intereses